El temor por la posible suspensión del desfile pasó enseguida a convertirse en una decepción que se reflejaba en las caras tanto de los niños como de los mayores, que miraban con resignación las carrozas cubiertas con plásticos y al público resguardado bajo balcones y soportales.

«Es una pena, llevamos desde noviembre cortando espuma y confeccionando los trajes y ahora no podemos desfilar», comentaba disgustada una de las componentes del grupo de carnaval del colegio Gonzalo de Berceo de la capital.

Policía Local y Protección Civil fueron los encargados de transmitir a los interesados la decisión tomada respecto al desfile y mientras algunos no perdían las ganas de continuar con la fiesta, otros, ayudados por el mal tiempo, ponían rumbo a sus casas para cambiar el colorido disfraz por un atuendo menos original pero más abrigado.

Aún así, las malas condiciones climatológicas no pudieron con las ganas de diversión y la mayoría de los participantes tomaron rumbo a la Plaza Mayor en un improvisado desfile.

El martes de carnaval es el día en el que los grupos tienen ahora puesta la mirada, aunque según la previsión de la Agencia Estatal de Meteorología las temperaturas bajarán aún más mañana y el propio martes, cuando está previsto que el mercurio oscile entre los -1 y los 8 grados. En cuanto a la previsión de lluvia se sitúa en el martes torno al 5% para la hora del desfile, aunque hasta ese día el pronóstico puede variar.

Las carrozas quedan ahora resguardadas en los distintos locales hasta que llegue la segunda oportunidad en la que mostrar al público todo lo que se ha estado trabajando durante largos meses.