El cuarto preso que liberará la Semana Santa zamorana estará arropado por un acto más visible y popular que los tres anteriores, que recobraban la libertad en ceremonias prácticamente ocultas para la mayoría de los ciudadanos e incluso de los hermanos de la cofradía que alberga la actividad, el Santo Entierro. En esta ocasión, una procesión con los hermanos del Santo Entierro vestidos con la túnica reglamentaria, saldrá a las ocho de la tarde del Domingo de Ramos desde la iglesia de San Esteban. Está por ver cuántos pasos acompañarán a la comitiva, aunque se da por seguro un mínimo de tres (una cruz, un crucificado y una imagen de devoción). Hacia las nueve menos cuarto se llegará a la Catedral, donde se liberará al preso y se organizará un vía crucis. A las diez y media la comitiva estará de regreso de nuevo en San Esteban.

El nuevo diseño de la liberación del preso fue presentado ayer por el vicario episcopal, José Francisco Matías Sampedro, el presidente de la Junta Pro Semana Santa, José Francisco González Poza y el presidente de la Real Cofradía del Santo Entierro, Luis Boizas. Además, una comisión compuesta por los dos últimos y Narciso Lorenzo, por parte del Obispado se encargará no sólo de supervisar los detalles del acto, sino también de ocuparse de hacer un seguimiento de la persona que recobra la libertad, para que su reinserción en la sociedad sea todo un éxito.

Boizas repasó las ceremonias de liberación de los presos. El primer año se tuvo que hacer en San Esteban, ya que la procesión del Santo Entierro no pudo salir por la lluvia; el segundo año se hizo en la Plaza de la Catedral «y ahí nos dimos cuenta que quizá el momento no era el más adecuado» y el año pasado se liberó en el Museo de Semana Santa. El resultado no fue satisfactorio, por lo que se ha optado por dar un mayor realce con un acto, señaló el vicario que «no trata de crear una procesión más, sino dignificarlo, dándole un mayor contenido religioso. El traslado de las imágenes será algo accesorio. Se trata de ayudar como cristianos a dar respuesta a los problemas de los demás y en la medida de lo posible hacer cireneos que ayudan a otros a aliviar el peso de sus cruces».