La fábrica de harinas está constituida por dos cuerpos articulados a partir de la entrada de mercancías. A la derecha de la portada se levanta un cuerpo formado por planta baja y semisótano que se destinaba a almacén de sacos de harina. A la izquierda se alza la fábrica propiamente dicha, un edificio de tres alturas al exterior y semisótano, cuya planta principal se encuentra alzada sobre la cota aproximadamente 80 centímetros para permitir la formación de un muelle de carga.

La conocida como Panera Social, prosigue García Lozano, está construida en fábrica de ladrillo enfoscado, dejando en la fachada solamente a la vista los recercos de los vanos, las esquinas y los motivos ornamentales de la cornisa, así como el piñón del cuerpo de la portada que enmarca el panel cerámico decorativo, con la imagen de San Isidro y el ángel manejando los bueyes y el año de construcción, 1922. Presenta características propias de las arquitecturas industriales del primer cuarto del siglo XX en provincias de Castilla, adecuadas a las necesidades de sus funciones industriales y de las nuevas tecnologías de transformación agraria.

Además de la antigua fábrica de harinas, Hacienda saca a subasta por 1.401.238 euros una vivienda en los números 16, 18 y 20 de la calle Zapatería con vuelta a la calle Baños, de 1.558 metros cuadrados. Está valorada en 3,3 millones, aunque presenta cargas de 1,9 de hipotecas bancarias. Otro de los inmuebles es una casa con varias habitaciones y servicios y un corral, con una superficie de terreno de 150 metros cuadrados, situada en el número 10 de la Bajada de San Martín, valorada en 255.000 euros. Curiosamente es el mismo número que la entregada por la inmobiliaria de la fábrica de harinas al Ayuntamiento para su derribo, dejando exenta la muralla. Otra vivienda a subasta, en la calle Olleros, está valorda en 252.990 euros.