La historia de la iglesia de San Antolín -que hoy acogerá la primera de las subastas de la cofradía de San Antonio Abad- es de uno de los templos más castigados por intervenciones erróneas, la falta de labores de conservación y el efecto del paso del tiempo. El programa cultural «Zamora Románica» sumará, en breve, una nueva restauración a la cadena de mejoras que llevó a cabo la Junta de Castilla y León, junto con el Ayuntamiento y el Obispado en la década de los noventa, cuando en lugar de euros se invertían pesetas.

Las actuaciones efectuadas bajo la dirección del arquitecto toresano Pedro Lucas del Teso sirvieron para dignificar el templo, popularmente conocido por albergar las imágenes de La Concha y San Antón -hoy en San Vicente- y por ser punto de partida de la romería estival de la patrona de Zamora. Precisamente, la Cofradía de la Concha, a través del entonces presidente Conrado Eguaras, presionó a las autoridades para que se iniciaran los trabajos y, después, se fueran sumando nuevas mejoras.

El proceso de mejora del templo románico tuvo sus primeros visos en 1987, cuando el Ayuntamiento planteó la redacción de un proyecto de recuperación que se quedó sólo en una buena intención. Cuatro años más tarde, el deterioro imparable de la iglesia acaba hundiendo parte de la bóveda, lo que lleva a las instituciones a tomarse en serio su recuperación.

Es entonces cuando entra en escena Pedro Lucas del Teso, quien realiza un proyecto global de recuperación de la iglesia y su entorno, del que sólo se llevarían a cabo las actuaciones más urgentes, esto es, unos diez millones de pesetas de los cuarenta que el arquitecto zamorano estima necesarios.

Así, el inicio de los primeros trabajos -la consolidación de las cubiertas y de la espadaña- tiene lugar en 1994, a los que se sumarán dos años más tarde las labores de recuperación del entorno del edificio a cargo del Ayuntamiento. La idea consiste en dejar el templo exento, para que los zamoranos puedan recorrerlo por los cuatro costados sin oposición.

La segunda fase de la recuperación de San Antolín le otorga su aspecto actual, con el regreso del antiguo atrio de la puerta sur que hoy se puede apreciar en el acceso. Además, la empresa zamorana Rearasa acometió igualmente la consolidación de los muros. En 1999, la Cofradía de La Concha celebra el feliz regreso del templo casi totalmente remozado, y que doce años más tarde volverá a recibir mejoras.