Cumplidos un año y dos meses en prisión preventiva, desde que el 13 de julio de 2009 hirió en Toro de gravedad a un joven con una navaja en el hemitórax izquierdo, el acusado inicialmente de homicidio en grado de tentativa deberá continuar en régimen cerrado durante unos meses más. Después disfrutará del régimen abierto, mientras que el tercio de esa condena lo cumplirá yendo sólo a dormir a Topas.

Y es que finalmente fue condenado a tres años y medio de cárcel por causar lesiones graves a su víctima. El Ministerio Fiscal decidió rebajar la pena de ocho años que exigía para el joven al recalificar el delito que cometió como una lesión grave, puesto que sucede «en una sóla acción tan rápida que es dudoso que su intención fuera la de matar». En la reconsideración de su postura influyó, asimismo, como atenuante, el hecho de que el imputado abonara antes del juicio celebrado ayer en la Audiencia Provincial los 5.996 euros solicitados por la acusación pública: 4.400 para indemnizar al lesionado y el resto para cubrir los gastos de hospitalización de éste. Permaneció 33 días de baja, de los que 28 estuvo incapacitado para trabajar.

El joven que sufrió heridas de gravedad también se sentó ayer en el mismo banquillo, aunque acusado de un delito de faltas por la lesión provocada a quien le clavó la navaja en el tórax. Le lanzó un puñetazo hacia un ojo cuando aquél le iba a pegar. El resultado fue una herida en la ceja que precisó de cinco puntos de sutura. El fiscal le exige el pago de una multa de 180 euros.

El enfrentamiento se produjo cuando el que resultó herido más grave procedía a cerrar el maletero en el que guardaba unas ruedas que acababa de devolverle su agresor, quien se abalanzó sobre él para pegarle, mientras le llamaba «chivato». Es entonces cuando éste le golpea en la ceja y le tira al suelo. El otro joven se incorpora y saca una navaja del bolsillo del pantalón para dirigirla de inmediato contra el otro, al que alcanza el hemitórax izquierdo, lo que le causa lesiones muy graves.

Los hechos se desarrollan en presencia de testigos, personas que les habían acompañado hasta la huerta de quien utilizó la navaja durante la riña. Sin embargo no fue preciso escucharles ayer, ya que el acuerdo alcanzado entre los abogados de los dos procesados y el Ministerio Fiscal evitó la celebración del juicio.

La comunicación de las negociaciones se produjo minutos antes de dar comienzo la vista oral fijada a primera hora por la Audiencia. El joven que permanece en la macroprisión de Topas tuvo tiempo de saludar a familiares y amigos que se encontraban en el vestíbulo del Palacio de los Momos, a la espera de ser llamados para intervenir en el juicio. No ocultó su alegría por la reducción de la pena de cárcel que decidió el fiscal y que le permitirá volver a pisar la calle pronto. Ahora, los magistrados del Tribunal provincial deberán reflejar en su sentencia el acuerdo leído ayer.