El viernes Ariel Rot se subirá al escenario del Teatro Principal el solitario con un espectáculo en el que tocará el piano, la guitarra acústica y eléctrica y presentará su último trabajo discográfico.

-¿Cómo surgió esta propuesta unipersonal cuando usted es un hombre de banda?

-Ahora compongo en solitario y de maneras muy variadas, a veces con un piano, a veces con una guitarra ... Me pareció interesante volver a la esencia de cada canción con una estructura más libre y reinventada cada noche. Quienes me hayan visto en directo van a encontrar un registro completamente nuevo. Estoy solo en el escenario con un piano, con una guitarra eléctrica y una acústica. Tocaré canciones que no había interpretado con la banda. Será una actuación muy cercana tanto por el repertorio como por los lugares elegidos. Iré decidiendo las piezas cuando vea las caras de la gente entre un total de casi medio centenar de temas. Es un espectáculo muy personal. Voy a tocar en León y Zamora y posteriormente me plantearé si este proyecto se convierte en una larga gira. Me voy a probar a mí mismo, puesto que no sé si me gustará o si estaré muy cómodo.

-En una de sus canciones dice «supere la crisis de los 40 con absenta». El cumplir 50 años ¿le ha impulsado a reinventarse con estos directos?

-Nunca me había embarcado en unos conciertos similares al de León y al de Zamora. Creo que siempre que haya tiempo uno tiene que intentar seguir con la búsqueda e ir creciendo, porque es lo que te permite hacerte viejo. Este nuevo desafío me lo voy a tomar muy en serio. Mi carrera en solitario empezó tarde, ya que cuando tenía 40 años opté por la responsabilidad y la autosuficiencia. Es una sensación de máxima libertad que alimenta nuevas composiciones y hace que el laberinto que es la música entre por nuevos sitios.

-¿Ha pesado mucho su paso por «Tequila» y «Los Rodríguez» en sus proyectos en solitario?

-No lo llamaría peso, pero sí es como si te hablaran de una antigua novia. No obstante, comprendo que mi vida ha estado unida a estas dos importantes formaciones. Han sido dos grupos que han transcendido y que han durado muchos años y que forman parte de la historia de la música.

-«Tequila» vivió un reencuentro 25 años después de su disolución. ¿«Los Rodríguez» podrían volver a tocar juntos?

-Creo que es muy raro que Andrés y yo nos limitásemos al repertorio de «Los Rodríguez» porque ya cada uno tiene una amplia carrera en solitario. Retomar «Tequila» surgió 25 años después de la separación y cuando yo no me lo esperaba. Recuerdo que le di muchas vueltas, pero fue un proyecto agradable en todos los sentidos. «Los Rodríguez» es un grupo que se separó hace menos años y que tiene unas bajas mucho más recientes. Las ausencias condicionarían que volviéramos a tocar como «Los Rodríguez» porque sería imposible volver a ser ese grupo. Además, ni Andrés Calamaro ni yo descartamos tocar juntos de manera puntual.

-Usted lleva más de tres décadas vinculado a la música. ¿Cómo ve el panorama actual del rock?

-Muy aburrido. Tal vez sea una apreciación mía, ya que para que ahora algo me movilice tiene que ser muy bueno. En el panorama mundial hay bandas que tocan cosas muy interesantes, de manera más o menos ortodoxa. En España creo que siempre costó que los grupos despertasen y que el rock esté presente en el día a día y en la cultura. Generalmente una generación de músicos ha reemplazado a otra, mientras que en otros países no sucede lo mismo. Desde mi punto de vista el rock en este país no acaba de encenderse.

-¿En esa situación influye la apuesta de las discográficas por sones más comerciales?

-Sí, pero cuando yo empecé a tocar rock nunca se me pasaba por la cabeza las ventas y ni el dinero. Mi afán era, sobre todo, tener una banda y tocar. Quiero pensar que todavía hay jóvenes a los que realmente les mueve la música porque actualmente vivir del rock es un verdadero milagro.

-Las descargas a través de Internet o el top manta son fenómenos que están condicionando la situación del sector.

-Las descargas de música están destrozando el engranaje de esta industria. Soy contrario a que se apropien de mi propiedad intelectual. Me encanta regalar música, pero yo decido qué temas dar. Yo no me puedo quejar, puesto que llevo 30 años trabajando en la música, lo cual me hace ser un privilegiado. He trabajado mucho y duro para llegar a mi meta, para tener una carrera. No fue fácil sobrevivir a «Tequila» ni a «Los Rodríguez». He llegado hasta a componer músicas para publicidad para poder pagar el alquiler del piso porque no sé hacer otra cosa que ser músico.

-Sin embargo colabora con una emisora de ámbito nacional.

-Efectivamente. Hago de mí mismo. (Risas) .Cuando me llamó Gemma Nierga para proponerme trabajar con ella, pensé: ¡Dios mío no querrá que sea tertuliano para que hable de cualquier cosa! (risas). Ella me sugirió que pusiera una canción y que hablara de ella. Lo que hago es algo muy cercano a la labor que efectúo profesionalmente.

-¿Cree que la música está relegada de los medios generalistas?

-Sí, se ha alejado de nuestra vida. En estos momentos tiene importancia en otros cauces. En «youtube», una de las webs más visitadas, un 80% de los usuarios buscan contenidos musicales. Lo fuerte es que muchos programas de televisión siguen haciendo el tipo de emisión que hace 30 años. En España siempre se le dio la espalda a las actuaciones en directo. En los años 70 lo entendía, pero ahora vas a un programa y no saben sacar el sonido en un directo.

-A los jóvenes que estén empezando y que tienen una formación. ¿Qué les recomendaría?

-Que follen mucho porque les hará ser más felices o tener ganas de cantar (risas). Si a uno le gusta la música le recomiendo que se compre una guitarra y unos amplificadores y que se junte con unos amigos a tocar todos los días. Si lo hacen bien, poco a poco y con esfuerzo, se harán un hueco. Y, ante todo, deben de tener presente la filosofía: ¡Hazlo!

Argentina, 1960

Nacido en Buenos Aires, es miembro de una familia de artistas. Se dio a conocer internacionalmente al lado de Alejo Stivel y Julián Infante fundó y consagró el grupo «Tequila», que se disolvió en el año 1983. Más tarde, asociado con Andrés Calamaro y otra vez con Julián Infante, fue el guitarra de «Los Rodríguez», otra banda convertida en referencia absoluta de rock en España. Estos días combina los últimos ensayos de los conciertos en solitario que le llevarán a actuar en León y en Zamora con sus obligaciones como padre de dos niños, de cinco y ocho años, que acaban de iniciar un nuevo curso escolar.