M.ª Jesús Fernández

La subida del Impuesto del Valor Añadido (IVA) y la recesión del consumo causada por la crisis se han convertido en obstáculos insalvables para los comercios zamoranos, que cierran la campaña estival de rebajas de este año con un descenso de ventas del 5% respecto al verano pasado. Un balance negativo que se suma a los malos resultados obtenidos en la misma temporada de descuentos de 2009 aunque no ha sorprendido al sector. «Ya contábamos con que las ventas no iban a ser buenas y preveíamos que los resultados podían ser incluso peores teniendo en cuenta el complejo escenario actual por lo que nos damos por contentos con que el descenso no haya sido mayor», según asegura el presidente de la Asociación Zamorana de Empresarios de Comercio (Azeco), Ildefonso Boizas.

La aplicación del incremento tributario del impuesto de referencia en el sector comercial desde el 1 de julio coincidió con el comienzo de la campaña de rebajas y los comercios no han podido evitar su repercusión sobre las ventas. «A pesar de que la mayor parte de los establecimientos han optado por asumir la subida del IVA no hemos podido evitar el efecto psicológico causado en los clientes, predispuestos a encontrarse con precios más caros», según afirma Boizas. Una nueva zancadilla para el sector comercial que se añade a los sacrificios ya asumidos por los establecimientos. «Llevamos dos años muy difíciles en los que hemos decidido no subir los precios para contrarrestar el descenso del poder adquisitivo causado por la crisis por lo que ahora asumir los dos puntos de subida del IVA merma aún más nuestro margen de beneficios», explica el representante del sector quien advierte que «los comercios se encuentran al límite de sus posibilidades». Aún así, la patronal del sector cree que el consumo realizado por cada zamorano durante los dos últimos meses de rebajas ha sido de una media de 80 euros y coincide con las estimaciones realizadas por las asociaciones de comerciantes.

Los establecimientos dedicados al equipamiento personal han sido los que han concentrado un mayor volumen de ventas y, en concreto, los centrados en ropa y calzado mantienen el mayor porcentaje de las compras estivales. Por el contrario, los artículos con precios más elevados han desaparecido de la cesta de la compra de los consumidores.