Entre el 60 y el 70% de los casos de gripe A se producen en niños y adolescentes, pero es precisamente en ellos donde cursa de forma más leve (en el 95% los pacientes). Es una de las conclusiones del Documento de Consenso elaborado por la Asociación Española de Pediatría en el que ha participado, entre otros, el Grupo de Pediatría Basada en la Evidencia, del que forma parte el especialista zamorano Carlos Ochoa. El mensaje es de calma, ya que «si bien se transmite con mayor facilidad que la gripe estacional, se manifiesta de manera igual o más atenuada».

Ochoa reconoce que el trabajo elaborado por los pediatras «es el resultado de haber revisado lo que hay publicado», de acuerdo a lo sucedido en países como Argentina o Australia que han sufrido la pandemia, ya que «aquí no tenemos experiencia suficiente». En todo caso considera que muchas de las medidas tomadas «tienen fundamento científico», mientras que otras están situándose en «el escenario más desfavorable posible», quizá por la excesiva presión de los medios de comunicación y el temor de las autoridades a que la situación se les escape de las manos. Ahora mismo, la epidemia de gripe A, «salvo que el virus se recombinara o cambiara de perfil, no será más que una epidemia de gripe normal». Los niños pueden ser uno de los colectivos más afectados «porque no tienen inmunidad previa, pero los casos más graves estarán en otros grupos de riesgo. En los niños se darán los casos más benignos».

El pediatra considera que las recomendaciones de las autoridades sanitarias de no acudir a los servicios de urgencias más que en caso necesario son adecuadas. «Hay que actuar como se venía haciendo con la gripe normal. No tiene sentido acudir al hospital, salvo en los casos graves, porque lo único que se conseguiría es mayor riesgo de contagio». De momento los pediatras no creen imprescindible incluir a los niños entre los grupos de riesgo de cara a la vacunación contra la gripe A. «En principio se pensó que vacunar a los niños podría evitar que se expandiera la enfermedad», pero cree más conveniente inmunizar primero a los grupos de riesgo (personas con otras complicaciones de salud, personal sanitario o servicios esenciales), y luego, en función de la evolución de la enfermedad y otros parámetros plantearse aplicarla a los niños.

Donde más discrepan pediatras y autoridades sanitarias es quizá en el administración de los antivirales, unos medicamentos que sólo deberían darse «en casos muy seleccionados». La eficacia demostrada por los antivirales «es muy limitada. De hecho, su principal efecto es que acortan el número de días con síntomas entre medio y un día. Los estudios no han demostrado que estos fármacos disminuyan los ingresos hospitalarios».

La Comisión Asistencial vela por la adecuada estrategia frente a la enfermedad

En su última comparecencia en las Cortes Regionales el consejero de Sanidad, Francisco Javier Alvarez Guisasola, definió el papel de las Comisiones Asistenciales Provinciales, la de Zamora presidida por el gerente de Sacyl, Jerónimo García Bermejo, encargadas de llevar a la práctica las estrategias sanitarias frente la gripe A. Las comisiones, apoyadas por subcomités de atención primaria y especializada deben adaptar el Plan de Respuesta de los Servicios Sanitarios en cada área de salud y centro sanitario. También deben garantizar que el plan se conozca por todos los implicados y se revise y pruebe periódicamente; organizar la asistencia sanitaria para hacer frente a un incremento brusco de la demanda asistencial debida a la pandemia de gripe, y establecer las estrategias para incrementar, en caso de necesidad, la capacidad de gestión de recursos y personal para afrontar la pandemia y la coordinación de todos los sectores involucrados. Las competencias de la Comisión de extienden a asegurar los canales de distribución de fármacos antivirales y vacunas hasta el nivel local; garantizar que los centros disponen de los protocolos de tratamiento y manejo del paciente y control de la infección, estimar las necesidades de medicamentos y el abastecimiento de otros materiales, así como establecer los mecanismos para aumentar el conocimiento de los trabajadores de la salud sobre la pandemia de gripe.

MANEJO

Como la otra gripe

El manejo de los pacientes con gripe A no debe diferir al habitual de la gripe estacional, según el documento de los pediatras.

Síntomas

Lo primero que se debe hacer es tratar los síntomas del niño (fiebre, tos, congestión nasal, dolor muscular y de cabeza), con el fin de que se encuentre mejor, con paracetamol o ibuprofeno.

Alerta

Si transcurridos entre tres y cuatro días persiste la fiebre o el niño se encuentra muy afectado, respira con dificultad o más deprisa de lo habitual o bien tiene problemas para alimentarse, entonces sí conviene acudir al pediatra.

Las salas de espera de los centros de salud y los servicios de urgencias pueden ser fuente de contagio de gripe A, como ocurre con otros procesos de tipo vírico, bien respiratorios o bien digestivos.