«¿No tendrán por aquí mi móvil?». Se trata de una de las preguntas más habituales al llegar a la oficina de objetos perdidos del Ayuntamiento de Zamora, ubicada en la sede de la Policía Municipal, junto a la Plaza Mayor. El teléfono es el artilugio más extraviado entre los ciudadanos ya que sólo en 2008 el departamento custodió 54 de los que sólo una treintena fueron devueltos a sus dueños. Las carteras son también las que pagan los despistes de sus dueños: 47 billeteros fueron a parar a este depósito si bien 40 ya han sido reclamadas.

Son los fines de semana cuando más personas se acercan hasta la Policía Municipal a probar suerte, confiadas en que la honradez ciudadana les devuelva sus pertenencias. Bolsos, pulseras, pendientes, cámaras de fotos, monederos... y así hasta 163 objetos fueron recogidos en el departamento de enseres perdidos durante 2008. De ellos, 99 fueron devueltos a sus dueños previo a las preguntas correspondientes para evitar la picaresca y garantizar que todas las entregas se hagan a sus dueños reales.

El dinero, ya sea pura calderilla o billetes sustanciosos, también son custodiados por los agentes municipales. Durante el pasado año, la Policía entregó dinero por valor de 1.306,40 euros de los que 1.191,22 fueron devueltos, además de un cheque por importe de 1.060,20 euros.

Cientos son los objetos que permanecen durante meses en el sueño de los justos. El periodo de depósito de éstos es de dos años, según la legislación, aunque con frecuencia permanecen en las dependencias municipales durante más tiempo.

El Código Civil español reconoce el derecho del «hallador» a percibir una recompensa del propietario equivalente a la décima parte de lo que cueste el objeto. Cuando el valor excede los 12,02 euros, la cuantía se reduce a la vigésima parte. Sin embargo, por regla general, los objetos que recoge la Policía Municipal no suelen ser de gran valía, por lo que es bastante extraño que la gente se moleste en reclamar gratificación alguna pese a que lo contemple la legislación vigente.

A pesar del trastorno que causa la pérdida de unas llaves, un teléfono móvil o unas gafas, nada que ver con la desazón de extravíos mayores. Es el caso de un maletín con casi 6.000 euros perdido hace varios años o el hallazgo de un asno en plena vía pública a principios de los noventa.

Aunque hace años que no ocurre, también este departamento de enseres perdidos se ha topado con bolsas de comida. Según la ley, este tipo de productos perecederos pueden donarse a centros de beneficencia antes de que se echen a perder. Un asilo de ancianos fue el destino de esta bolsa de la compra que no fue reclamada pasadas unas horas.

ARTILUGIOS

Hallados

Teléfonos móviles (54); carteras (47); bolsos (16); monederos (11); dinero (1.306,40 euros); relojes (7) pulseras (4); pendientes (4); anillos (4); cámaras de fotos (2); casco de moto (2); radio (1); abrigos de piel (1); libro (1); llavero (1); maleta con ropa (1); dentadura (1); collar de perlas (1); flauta (1); ordenador portátil (1); agenda electrónica (1); audífono (1); máquina de cortar el pelo (1).

Entregados

Carteras (40); teléfonos móviles (30); bolsos (9); monederos (5); relojes (4); dinero (1.191,22 y un cheque de 1.060,20 euros); anillos (3); cámara de fotos (1); abrigo de piel (1); maleta con ropa (1); dentadura (1); flauta (1); casco de moto (1); ordenador portátil (1); audífono (1).

TOTAL HALLADOS: 163 TOTAL ENTREGADOS: 99