El "cheque fiscal" de 400 euros prometido por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a cada contribuyente del IRPF sería cobrado por 80.000 zamoranos, entre trabajadores por cuenta ajena y los pensionistas obligados a hacer la declaración de la renta por superar un determinado nivel de ingresos. La medida, que se pagaría desde el próximo mes de junio por igual entre todos los beneficiarios al margen de su nivel de rentas, beneficia a alrededor de 13,5 millones de trabajadores y pensionistas en el conjunto español, según los cálculos del PSOE.

Los destinatarios de esta rebaja son los contribuyentes que reciben rentas del trabajo o pensiones superiores a los 9.000 euros anuales, mientras que quedan excluidos los jubilados o asalariados

que cobran menos de esa cantidad, al quedar exentos de pagar el Impuesto sobre la Renta. Del mismo modo, los autónomos y todas aquellas personas cuyas rentas procedan de actividades económicas y profesionales también se quedan fuera de los colectivos bonificados. De acuerdo a estos parámetros, los mileuristas serán los grandes beneficiados de esta medida, ya que con dicho importe no llegarían a tributar.

El anuncio realizado por Zapatero ha sido recibido con escepticismo por parte de los representantes empresariales y sindicales de la capital zamorana, cuyas opiniones adquieren incluso ciertos grados de crispación. Este es el caso del presidente de la confederación empresarial CEOE-Cepyme, Angel Herrero Magarzo, que califica el cheque como «una incongruencia absoluta». Considera que constituye «una subasta propia de épocas electorales de las que no gustan a nadie» y estima que puede convertirse en «una tomadura de pelo si se convierte en una de las promesas electorales de las que no se cumplen». En este sentido hace referencia a las promesas recogidas en «el incumplido Plan del Oeste», al mismo tiempo que critica que la deducción prevista deje fuera al gremio de los trabajadores autónomos «cuando son precisamente los que pagan una mayor cantidad de impuestos».

Desde los sindicatos zamoranos tampoco ven con buenos ojos la rebaja fiscal propuesta por el presidente del Gobierno, a la que la secretaria provincial de UGT considera «injusta si no va a beneficiar a los que cobran menos y por lo tanto los que más lo necesitan».

El responsable del otro sindicato mayoritario de la provincia, Eugenio González, estima que «no es una medida progresiva porque no es el que más tiene el que paga más, ya que deja fuera deja a los que cobran las rentas más bajas». También critica que «se entre en este tipo de subastas cuando se acercan las elecciones».

La deducción se aplicará mediante una rebaja de la retención mensual del IRPF

El modo en el que se aplicará la "paga" de 400 euros prometida por el presidente del Gobierno ha sido una de las cuestiones más consultadas por los distintos agentes sociales y económicos durante los últimos días, en los que han pedido detalles sobre el desarrollo de la medida. En este sentido, la secretaria provincial de UGT, Nieves García, considera que «no se ha explicado bien en qué términos se va a llevar a cabo ni cómo se van a devolver esos 400 euros», aunque deja a un lado sus reticencias iniciales para considerar que «es una medida como poco interesante».

Unas dudas a las que el Ministerio de Economía ha dado respuesta aclarando que el pago del importe anunciado se ejecutará mediante una deducción fiscal que se aplicará cada mes a través de una rebaja de las retenciones del IRPF contenidas en cada nómina mensual, de forma que el salario o la pensión registrará un incremento de 33,3 euros al mes. Si la medida entra en vigor a partir del próximo mes de junio, tal y como se ha anunciado, el reparto se realizaría en los siete meses restantes del año, con lo que las nóminas podrían incrementarse en 57 euros durante ese período. En todo caso, la deducción estará sujeta la contribución anual realizada por cada ciudadano, ya que en caso de ser inferior a los 400 euros no se cobrará el porcentaje restante.