Veinte años de existencia, una evolución imparable y mucho camino por andar. Bajo estas tres premisas se reunieron ayer en el marco del club LA OPINION-EL CORREO DE ZAMORA Eduardo Montes, presidente decano del Colegio de psicólogos de Castilla y León, Manuel Angel Franco, jefe del servicio de psiquiatría y salud mental en Zamora, y Félix Rodríguez, psicólogo clínico de la Unidad de Salud mental de Santa Elena.

Después de que Benavente fuera escenario, en 1985, de la segunda unidad creada en España, la capital vio crecer el germen de estos equipos mentales un año después. Desde entonces, Benavente cuenta con dos unidades -compuestas cada una por psicólogo, psiquiatra y enfermera- y Zamora con cuatro: dos equipos en Santa Elena, uno en la Plaza de Alemania y un cuarto itinerante que se desplaza por las zonas básicas de salud. Ante un mapa de atención dibujado con estos trazos, el psicólogo clínico Félix Rodríguez concluye que «en Zamora podemos decir que tenemos una cobertura total y una salud mental muy vanguardista». El propio presidente decano del Colegio de Psicólogos de Castilla y León, Eduardo Montes, secunda esta «privilegiada» situación de la provincia al entender que «aunque pueda parecer una lisonja, Zamora está en primera línea de salida con respecto a la región e incluso a España», sostiene.

Sin embargo, la labor de los equipos mentales va más allá de su trabajo asistencial al alcanzar también las áreas formativas y de investigación. Unos campos desasistidos en la actualidad «porque estamos colapsados por las consultas». De esta manera, el psicólogo clínico en Santa Elena saca a flote la necesidad existente de recursos humanos. Una demanda respaldada por Montes Velasco, quien asiente que «el tejido social ya ha integrado este tipo de atención», completa en referencia a las demandas psicológicas. Tanto es así que Rodríguez calcula que cada año se incrementan en 1.500 los nuevos pacientes. Las consultas más habituales son las relacionadas con trastornos de ansiedad, depresiones y, en menor medida, problemas de adicciones y conflictos maritales.

A esta demanda «urgente» de personal, el jefe del Servicio de Psiquiatría y Salud Mental en Zamora, Manuel Angel Franco, añade «la importancia de desarrollar todo lo relativo a lo sociosanitario y al área infanto-juvenil», indica el profesional. No pasa por alto tampoco «el campo de la integración, la consecución de empleo, la atención psicogeriátrica y la atención residencial», apunta, último aspecto en el que no olvidó mencionar el proyecto de "mini- residencia" en Toro.

La seña de identidad que abandera la trayectoria zamorana es «un criterio de calidad asistencial que evite que las personas que ingresan vuelvan a hacerlo tras el tratamiento», razona el psicólogo clínico, quien asegura que «aunque funcionamos como especialistas, trabajamos de manera muy estrecha con los médicos de cabecera». Son estos últimos los que ejecutan una primera evaluación que otorga la "prioridad"de cada caso o incluso quienes remiten al paciente a la unidad, aunque la segunda valoración corre a cargo del criterio que cada equipo realiza de los volantes médicos. En cualquier caso y, según asegura el responsable de la Unidad de Salud Mental de Santa Elena, «las listas de espera no suelen superar el mes», sostiene.

La gran lucha en la que los profesionales sanitarios de la salud mental se encuentran inmersos es «el reconocimiento de la profesión como sanitaria». El presidente del Colegio de Psicólogos de Castilla y León no tiene pelos en la lengua a la hora de reconocer que «se trata de una medida que el Gobierno actual no ha cumplido después de comprometerse a ello cuando estaba en la oposición».

A pesar de los "peros", los tres profesionales coinciden en reconocer «los adelantos que Zamora ha experimentado durante este tiempo». Una veintena de años que secunda que «nuestra profesión tiene un pasado largo pero una historia muy corta», sentencia Montes Velasco. Las miras, eso sí, dirigidas siempre hacia el futuro.