El fado es un género artístico tan difícil de definir como su contenido más esencial, que es la saudade. El fado puede ser poesía cantada, música vivida, sentimientos aireados? Es sobre todo saudade, esa especie de melancólica nostalgia de lo que fue y no se desea olvidar, porque parece que al final ha de volver. "Enlentece el olvido / persuade el corazón / En la carrera contra el tiempo / vuelve la soledad", cantaba el sábado en una noche deliciosa a la orilla del Duero/Douro con una voz clara, firme, profunda, persuasiva y emocionante Aldina Duarte (Lisboa, 1966), dialogando con la música de la guitarra portuguesa de José Manuel Neto y la viola -guitarra clásica o española, que lleva el acompañamiento- de Miguel Ramos.

La noite do fado fue presentada por José Luis González Prada, secretario general de la Fundación Hispano-Lusa Rei Afonso Henriques, que presentó a Aldina Duarte como una consagrada fadista con una

carrera personal y profesional protagonizada por el fado, después de haber trabajado en la prensa escrita y radiofónica y de haber sido educadora en un centro de atención a personas con parálisis cerebral. En la actualidad actúa en la casa de fados Senhor Vinho, ha grabado algún CD y ha protagonizado galas en Bélgica, Italia, Marruecos, Austria y España. El director de la FRAH aprovechó la ocasión para despedirse de los universitarios de un lado y otro de la raya/raia que han participado en el curso que esta entidad ha celebrado los últimos días, seguir agradeciendo a las firmas patrocinadoras el apoyo a estas iniciativas y acabar deseando a todos los asistentes que llenábamos el limitado aforo de los jardines de la FRAH, una buena velada, como así resultó.

Aldina cantó una veintena de fados "menor", "mouraría" o "corridos", de los que más de la mitad eran clásicos, como el Fado Tango, Fado Bailado,? Fado Vitoria -que Amália Rodrigues consagrara con la letra Extranha forma de vida - siempre con letras propias. Vestía un moderadamente elegante conjunto negro de chaqueta y pantalón con el típico chal de una fadista castiça. Sin duda consiguió sensibilizar y emocionar con su voz y su contenida expresión de movimientos y gestos, muy acorde con el contenido intimista de las letras. Una "propina" final tras los aplausos insistentes en la que cantó un fado corrido de contenido alegre sobre recuerdos infantiles en la "humilde calle que parecía de aldea", fue el más distendido, abierto y luminoso.

No hubo aperturas hacia esas canciones -"marchas", no verdaderos fados- que a veces el público menos integrado en el mundo fadista desea escuchar, como Lisboa Antiga, Uma casa portuguesa, Coimbra do chopal, etc. Como también se pudo echar en falta la participación de palmas o estribillos coreados que no es nada infrecuente en este tipo de veladas, y que de hecho se provocó levemente en una ocasión, sin que la artista la alentase. Sin duda Aldina Duarte es una fadista con un repertorio muy clásico y muy propio, digamos "duro", ajeno a este tipo de concesiones.

La "guitarrada" -actuación de los músicos, sin la presencia ni los cantos de la fadista- en la que interpretaron unas Variaciones en ¿Mi Menor?, fue magnífica, emocionante y se llevó los aplausos más encendidos de la noche. Una noche memorable, que hace esperar con una especie de "contra-saudade", lo bueno que deseamos vivir y esperamos que llegue, en el festival del verano 2006.