Aunque nació en Aspariegos hace 61 años, José Casas ha vivido mucho tiempo en Mozambique, un país africano que fue noticia hace poco por una denuncia sobre tráfico de órganos. Actualmente el misionero reside en Maputo, una ciudad limítrofe con Africa del Sur, donde viven unas ocho mil personas en condiciones muy difíciles.

- ¿Cuáles son los principales problemas a los que se enfrenta?

- Cada semana hay una media de casi 500 personas que son repatriadas desde Africa del Sur y aún así siempre llegan jóvenes de todo el país que se quedan merodeando por la villa esperando la oportunidad de cruzar la frontera ilegalmente. Aquí no hay industrias o empresas que puedan dar trabajo a toda esa gente y por ello la mayoría de los chavales se dedican al comercio en pequeña escala y las chavalas no pueden evitar ser atraídas por la prostitución. Una población fronteriza tiene problemas muy grandes sobre todo desde el punto de vista moral. Aquí se compra y se vende todo.

- ¿Qué labor está realizando actualmente?

- Estuve durante 28 años haciendo labor evangelizadora aquí, después fui requerido en España y pasé allá siete años, dos de ellos como párroco de Alcañices, y ahora de vuelta en Maputo estoy dedicado a apoyar el funcionamiento de una escuela donde tenemos cerca de 460 alumnos en la enseñanza secundaria. Antes únicamente había escuela primaria por lo que para poder continuar con su educación los chavales debían trasladarse 50 kilómetros y sólo un 12% tenía posibilidades de lograrlo. Ante esa necesidad abrimos esta escuela, porque pensamos que sería una forma de dar oportunidades de desarrollo y de promoción a los chicos y a las chicas. De esa manera, al invertir en las nuevas generaciones se abrirá una puerta para ir transformando el ambiente social, económico y moral de la zona.

- Han llegado a España noticias alarmantes sobre el tráfico de órganos que se podría estar llevando a cabo en Mozambique ¿Es una realidad que usted conoce?

- Sé que hace unos dos años y medio unas religiosas denunciaron la desaparición de algunos niños y que después encontraron sus cadáveres con mutilaciones en algunos de sus órganos. Desde entonces he seguido el caso y al menos que yo sepa nunca se llegaron a confirmar las acusaciones. Sí es cierto que desaparecieron chavales y que se encontraron sus cuerpos mutilados, pero no se comprobó que eso fuera promovido por el tráfico de órganos. Otra de las teorías es que se usaran para rituales relacionados con la hechicería.

- ¿Algún caso se ha presentado en Maputo?

- En esta zona no se han dado casos de desapariciones de niños ni de mutilaciones de órganos.

- ¿Qué le impulsa a seguir con su labor como misionero?

- El tratar de ayudar a las personas cuyas condiciones básicas son peores. Pero también el dar un testimonio de vida a través de los valores, e ir haciendo presentes esas actitudes en las personas que nos rodean para llegar a crear una sociedad más humana.