Después del sector sanitario, son las actividades económicas las que más han sufrido el envite de la pandemia. Con el final del estado de alarma se abre un nuevo periodo, de esperanza para unos y resistencia para otros, que invita a pensar en el futuro con optimismo. La campaña de vacunación, que es el mejor remedio para la economía en tiempos de pandemia, avanza. Pero no hay que olvidar que los negocios vienen de más de un año de condiciones muy complicadas.

Un empujón para el motor de Zamora

Todo comenzó en marzo del año pasado, cuando la primera ola del coronavirus envió al país, de un día para otro, a un confinamiento severo para luchar contra la pandemia. A mediados de marzo de 2020 muchos negocios tuvieron que bajar la persiana. Lamentablemente, bastantes no volvieron a abrirla. El primer confinamiento y el primer estado de alarma prácticamente permitió trabajar solo a los sectores llamados esenciales. El comercio al por menor y la hostelería, dos de los motores de la economía zamorana, tuvieron que cerrar.

La situación comenzó a mejorar en primavera, cuando la desescalada permitió comenzar a rebajar las medidas restrictivas. Los bares volvieron a abrir y el comercio comenzó a recuperarse. Justo es decir que el comercio, aunque con muchas restricciones, ha podido trabajar con mayor sensación de normalidad que la hostelería. Desde principios de mayo de 2020, cuando las tiendas volvieron a abrir, no se han vuelto a cerrar.

El caso de la hostelería ha sido más complicado. Desde mayo del año pasado ha alternado días de apertura casi total, sobre todo en verano, con otros de severas restricciones. Salvado el periodo estival de 2020, lo más parecido a la normalidad desde antes de la aparición del coronavirus en España, el avance de la pandemia se ha traducido en una gymkana de obstáculos para la hostelería zamorana. En octubre del año pasado se cerraron las barras y en noviembre, para luchar contra la segunda ola de la pandemia, se clausuró el interior. Un varapalo porque los negocios tuvieron que funcionar solo con la terraza en algunas de las semanas más frías del año. Del alivio de la Navidad se volvió al cierre de interiores en enero, situación que se recuperó semanas después. Hoy, todavía, el aforo está muy restringido y el consumo en barra está prohibido.

Con este panorama es evidente que el tejido empresarial zamorano estaba más necesitado que nunca de ayuda para soportar los malos resultados derivados de la pandemia. Desde marzo y hasta ahora el comercio, la hostelería y todos los sectores económicos de Zamora han encontrado un aliado en Caja Rural de Zamora, que no ha dejado de aplicar medidas que sirvan de alivio a unos negocios que están con el agua al cuello.

Las iniciativas han sido muy numerosas y todavía se aplican algunas de ellas. Caja Rural de Zamora eliminó el cobro de comisiones en datáfonos a los negocios que estaban sin actividad, ha adelantado el pago de las pensiones para mejorar las economías domésticas y alentar el consumo. Algo idéntico se hizo con las prestaciones sociales, cuyo cobro también se adelantó.

El primer plan de Ayudas de Financiación, por el que la Caja ha sido reconocida, estuvo dotado con 150 millones de euros de fondos propios de la entidad. También, la entidad ha participado en el Play de Ayudas del Estado (los créditos ICO) y ha aprobado un Plan de flexibilidad de préstamos.

De la misma manera, Caja Rural de Zamora ha eliminado las comisiones de los datáfonos de la entidad durante muchos meses y llevó a cabo una de las campañas más ambiciosas que se recuerdan en Zamora, con el abono del 10% de todas las compras realizadas en un buen número de comercios. Esta iniciativa se llevó a cabo en verano y en Navidad, para incrementar el consumo de esas fechas.

Caja Rural valora que, ante la situación económica generada, “se hace imprescindible ofrecer estas ayudas de exención de comisiones a todos los socios, clientes y empresas que lo necesitan, con el objetivo de superar esta situación y reiniciar la vida con mayor empuje y tranquilidad el nuevo ciclo productivo”. Desde la entidad están convencidos de que “desde la unidad de todos, con nuestras fortalezas y capacidades, conseguiremos superar esta crisis sanitaria, económica y social en la que nos encontramos”, como han explicado durante la pandemia.