Con buen paso y Ricardo Flecha en la memoria romera de Zamora

En su primera procesión al frente de la cofradía, Belén Panero envía "besos al cielo" en recuerdo de los que ya no están. El aguacero en la parte final obligó a proteger a la Virgen de la Concha con plásticos.

Los alcaldes de Zamora y La Hiniesta se devuelven los bastones de mando. | Ana Burrieza

Los alcaldes de Zamora y La Hiniesta se devuelven los bastones de mando. | Ana Burrieza

A. F.

Las sensaciones de Belén Panero en su estreno procesional como presidenta de la cofradía de la Virgen de la Concha fueron encontradas.

Por una parte estaba contenta por poder vivir su primera procesión desde la perspectiva de la presidencia y porque todo estaba saliendo bien, pero a la vez se sentía "un poco triste" ya que, según confesó tras el encuentro con los vecinos de La Hiniesta, echaba "mucho de menos a las personas que no están", o al menos no físicamente, ya que ella ha sentido que les han acompañado "todo el camino" y por eso quiso enviar "besos al cielo, a los que estén arriba".

Bailes a la llegada de la romería a La Hiniesta.  | Ana Burrieza

Bailes a la llegada de la romería a La Hiniesta. | Ana Burrieza / A. F.

Al igual que ella, la mayor parte de los romeros, que hicieron el trayecto a buen ritmo, tuvieron presente al anterior presidente Ricardo Flecha y dedicaron alguna mirada al cielo en su memoria. Algunos llegaron incluso a interpretar la lluvia que hizo acto de presencia con un lloro desde el cielo.

Papelitos de colores con peticiones a la Virgen lanzados a la salida de San Antolín. | Ana Burrieza

Papelitos de colores con peticiones a la Virgen lanzados a la salida de San Antolín. | Ana Burrieza / A. F.

El recuerdo triste por los habituales que ya no pueden acompañar a la Virgen en el trayecto de quince kilómetros entre ida y vuelta de Zamora a La Hiniesta afloró por momentos, pero la romería no perdió su ambiente general de júbilo del Lunes de Pentecostés.

Flores a la Virgen en el barrio de San José Obrero. | A. Burrieza

Flores a la Virgen en el barrio de San José Obrero. | A. Burrieza / A. F.

Este año, además, la patrona de Zamora estrenaba traje, bien visible con su color rojo y sus adornos espigados en dorado, que fue objeto de comentarios y aprobación por parte de los presentes, agradecidos por la acertada donación de una de las hermanas de la cofradía.

Otra cofrade, en femenino, Belén Panero, escribía sin darle importancia una página en la historia de la cofradía, al ser la primera mujer que la preside. Tuvieron que pasar 734 romerías para ello.

Ambiente festivo tras la llegada de los romeros. | Ana Burrieza

Ambiente festivo tras la llegada de los romeros. | Ana Burrieza / A. F.

Los cofrades de la Virgen de la Concha cumplieron una vez más la tradición y completaron el trayecto de la 734 romería a La Hiniesta, en una cita que no quisieron perderse miles de zamoranos deseosos de ver de cerca el nuevo traje de la patrona de Zamora. 

Con un tiempo típicamente primaveral, la lluvia respetó la tradición la mayor parte del recorrido, aunque hubo que tirar de paraguas en dos ocasiones. A la ida cayó una fina lluvia, un tanto simbólica, desde poco después de que en la Cruz del Rey Don Sancho la Virgen se viera despojada del niño, hasta pasado el campo de golf de Valderrey, donde las lágrimas del cielo se aplacaron y en la siguiente estación de la procesión romera la madre de Jesús recuperó a su hijo. 

Autoridades en el encuentro a la entrada de La Hiniesta.  | A. B.

Autoridades en el encuentro a la entrada de La Hiniesta. | A. B. / A. F.

Puntual, la procesión llegó poco antes de las once y media de la mañana a la entrada de La Hiniesta, donde en el Teso de la Salve, junto al cementerio, los cofrades fueron recibidos por los vecinos de La Hiniesta a la vez que se incorporaban a la romería las autoridades y el obispo, Fernando Valera. 

El saludo de pendones y el intercambio de bastones de mando entre los alcaldes de Zamora, Francisco Guarido, y de La Hiniesta, Ricardo Casas, dio paso a la lectura de las poesías a la Virgen de dos niños de primera comunión. También recitaron versos a la madre de Jesús una mujer que rescató la poesía que entonó hace 25 años cuando comulgó por primera vez, y un vecino del pueblo de avanzada edad. 

A la llegada de la romería a la iglesia de Santa María la Real, y tras la preceptiva vuelta de la Virgen de la Concha por el exterior del templo, se celebró la misa del mediodía presidida por el prelado de la Diócesis de Zamora.

Con el cielo ya despejado y el aumento de temperaturas, los que no entraron al oficio religioso, disfrutaron de un tentempié en los alrededores, mientras flautas, tambores y gaitas invitaban a bailar al ritmo de la música tradicional. 

Momento de la romería en el que la lluvia hizo acto de presencia y se tuvieron que abrir los paraguas. | Ana Burrieza

Momento de la romería en el que la lluvia hizo acto de presencia y se tuvieron que abrir los paraguas. | Ana Burrieza / A. F.

Luego llegó la comida de camaradería y hermanamiento y a la tarde la vuelta a Zamora, con el descanso con pastas y limonada en la ermita de Valderrey. Todo salía rodado hasta que un cielo ennegrecido desembocó en un fuerte aguacero al paso por Valorio, que obligó a proteger con plásticos a la Virgen de la Concha. 

La lluvia de la parte del final del recorrido ensombreció un tanto una romería que este año había registrado más romeros que en las últimas ediciones, según destacó la presidenta de la cofradía, que dio cuenta de la buena salud de la que goza la devoción a la Concha, con 1.700 cofrades y 45 altas este año. 

En la procesión, como ya es tradición, no faltó una representación del Batallón Zamora del Ejército de Tierra. 

También hubo una amplia presencia de la Policía Municipal de Zamora y de la Guardia Civil para que el trayecto se realizase en condiciones de seguridad y sin riesgo para los romeros. Y,por supuesto, no faltaron los vivas a la Virgen de la Concha junto a la música tradicional de tambores y flautas. Con esos instrumentos musicales se reprodujo machaconamente, a lo largo de todo el recorrido, la melodía enseña de esta romería tras el conteo colectivo del uno al ocho. 

Ahora solo queda contar hasta 364, los días que quedan antes de que Zamora vuelva a revivir la más grande de sus romerías y los vecinos de la ciudad sean de nuevo recibidos por sus hospitalarios hermanos de La Hiniesta.

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