La Opinión de Zamora

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José María Calvo Andrés | Profesor jubilado y escritor
José María Calvo Andrés Profesor jubilado y escritor

“Prefiero fijarme en la diversidad, en lo que cada persona o ciudad aportan”

“En Villamor y El Escorial han vivido y viven unas gentes que han generado historia con su trabajo, esfuerzo, penas y alegrías”

El zamorano José María Calvo Andrés, con algunos de los libros que ha escrito. | A. B.

Profesor por vocación, pero también escritor aficionado, ese espíritu creador ha llevado a José María Calvo Andrés a publicar varios libros, inspirados algunos en sus propias vivencias –como “Memorias de un profesor”— y otros con un punto de agradecimiento a los lugares en los que ha vivido. Es el caso de “Villamor de los Escuderos, una historia rural”, en homenaje a su pueblo natal, y “La magia de un lugar”, donde descubre al lector lo que a él le llevó varios años descubrir, el encanto de El Escorial, la ciudad que en la que ha desarrollado toda su vida profesional y en la que ha dejado huella, con la creación del Ateneo Escurialense de las Letras, Artes y Ciencias.

–¿Se puede tener el corazón dividido en entre dos lugares tan diferentes como Villamor de los Escuderos y El Escorial?

–La vida me ha enseñado que soy ciudadano del mundo. Quiero partir de esta premisa inicial para poder explicar a continuación mis sentimientos más personales. Es difícil explicar lo que se siente. Existe el dicho “no eres de donde naces, sino de donde paces”. Eres de donde tienes tu corazón. Y mi corazón se encuentra dividido. Soy, porque me considero así, de donde recibí la vida, los cimientos para ser quien he llegado a ser, de manera que estos cimientos han marcado mis experiencias, mis sentimientos, mis pensamientos y estos a su vez han marcado la manera de sentir a mi pueblo, a mis pueblos. En mi adolescencia salí de mi pueblo en busca de mejor fortuna y después de muchos avatares encontré mi ventura en El Escorial, donde he pasado la mayor parte de mi vida. Villamor de los Escuderos y El Escorial han conformado lo que soy, amén de otros lugares. La vida es la historia que guardamos en nuestra memoria, son nuestros recuerdos aún vivos.

–¿Qué destacaría de su pueblo natal?

–El nombre tan bonito que lleva por todo el mundo, la iglesia construida por Rodrigo Gil de Hontañón, es el templo gótico-renacentista abovedado más importante de la provincia de Zamora. La casa en la que me crié junto a otras que conservan el escudo inicial del pueblo. Que desea resucitar de sus cenizas y hoy los villamoranos que se fueron han vuelto para vivir al menos las vacaciones y han construido sus nuevas casas-chalés, cambiando la faz de lo que fueron las eras para la trilla; y a sus gentes, mis paisanos, que continúan forjando sus vidas a partir del paisaje que laboran y que transforman.

Panorámica de Villamor de los Escuderos. LOZ

–¿Qué relación mantiene con el lugar que le vio nacer?

–He recorrido muchos lugares y he vivido alejado de mis inicios. Hoy mantengo cierta relación con algunos familiares y convecinos, sobre todo en tiempo de vacaciones. Estuve muy orgulloso de que me invitaran a dar el pregón de las fiestas de Nuestra Señora de la Asunción y San Roque, y más orgulloso aún de haberle dedicado el libro, titulado “Villamor de los Escuderos, una historia rural”.

Mi amor por mi pueblo y sus habitantes fue lo que me empujó a escribir el libro

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–¿Qué supuso escribir ese volumen sobre su localidad natal?

–Corresponder a todo lo que Villamor me había regalado. Fue el fruto maduro del cariño de un hijo para con sus padres, un agradecimiento a los villamoranos por su contribución a la historia y a la vida del pueblo, que son mi vida y mi historia.

–¿Le ayudó también ese proceso de escritura a conocerlo y valorarlo más?

–Por supuesto. Me gusta ver y hablar de reciprocidades. Mi amor por el pueblo y sus gentes me empujó a escribir el libro, y el estudio para escribir el libro me llevó a conocerlo, valorarlo y amarlo más.

Mis alumnos me han permitido realizar mis sueños y forjarme como profesor

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–Quizá por similares motivos, también El Escorial merecía un libro, ¿qué le empujó a escribir “La magia de un lugar”?

–Mi vida de tantos años en El Escorial, pasiones y emociones, mi amor. He querido corresponder a todo lo que me ha dado El Escorial y sus gentes, sobre todo sus muchachos y muchachas, que me han permitido realizar mis sueños y forjarme como profesor. Les doy las gracias.

Óleo de El Escorial, realizado por el profesor. Cedida

–¿Es una ciudad que le ha sabido acoger y conquistar?

–Después de unos comienzos más o menos difíciles fui capaz de ver los brazos que se me tendían. Inicié mi vida escurialense como profesor en el mismo Real Monasterio, y ya comenzó a formar una parte muy importante de mi vida, o mejor, yo comencé a formar una mínima parte de la suya, emprendí mi propia metafísica. Soy deudor de la geografía y la historia escurialenses que han alimentado mi alma hasta formar con ellas un mismo espíritu. Quiero resaltar que El Escorial es un lugar mágico por diversas razones y la más importante es la construcción del Real Monasterio por el rey Felipe II que ha impregnado de magia todo el lugar.

–¿En qué se podrían parecer estos dos lugares, a priori tan diferentes?

–Prefiero fijarme en la diversidad, en lo que cada lugar o cada persona puede aportar desde su individualidad. La diversidad enriquece y de ella pueden extraerse visiones más o menos coincidentes. Ambos pudieran ser opuestos: Villamor un pueblo pequeño en la España Vaciada y El Escorial el lugar desde el que el rey Felipe II gobernaba el mundo. En ambos han vivido y viven unas gentes que han generado historia con su trabajo, con su esfuerzo, sus penas y alegrías, su vivir pleno. Gracias a ambos existo y soy quien soy.

He estado alejado de mis inicios, pero hoy mantengo cierta relación con familiares y vecinos

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–¿Considera que tienen futuros diferentes, uno ubicado en esa España Vaciada que menciona y otro junto a la capital de España?

–La historia nos ha ido inscribiendo unos hitos de una y otra población y es probable que la historia continúe los caminos que el pasado va marcando. Lanzo unos interrogantes ¿Somos los seres humanos dueños de nuestro destino? ¿Tenemos una obligación para con nuestros hijos?

–En El Escorial ha dejado huella, no solo por su labor de profesor. ¿Qué supone el Ateneo Escurialense de las Letras, Artes y Ciencias, entidad de la que es fundador?

–Una inmensa alegría, una gran satisfacción. Me alegro de haberlo fundado por múltiples razones. Ofreceré dos de ellas: la primera, por haber proporcionado a muchas personas un lugar de encuentro y libertad, y la segunda, porque nuestros pueblos, nuestras gentes, se merecen tener un ateneo y he podido contribuir a darles esa satisfacción.

El protagonista de mi novela sobre Zamora es el obispo don Antonio Acuña

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–¿Sigue con su vocación de escritor, está centrado en algún proyecto literario en la actualidad?

–Nunca faltan. He escrito sobre todo ensayos y quería probar con la novela y los cuentos. Tenía mucho interés en escribir una novela sobre la historia de Zamora. a finales del siglo XV y el primer cuarto del siglo XVI: la “convivencia” primero, y más tarde la intolerancia entre las tres culturas, los horrores de las guerras, los juegos de los niños, la importancia de la brujería, valores como la lealtad, el honor, el amor, la amistad, y los vicios o contravalores, como la ambición, la envidia y la avaricia entre otros. El protagonista, el obispo don Antonio Acuña, cuenta la historia a partir de sus propias experiencias como joven, como obispo y como capitán comunero. He escrito también algunos cuentos y estoy terminando unas memorias.

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