La Opinión de Zamora

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Zamora en el “Otro Renacimiento”

La escultura “Virgen con el Niño Jesús y San Juanito”, de Bartolomé Ordóñez, viajará a Madrid del 18 de octubre al 29 de enero

“Virgen con el Niño Jesús y San Juanito”, tras la restauración realizada en 2011. | Jose Luis Fernández

Una de las joyas del Museo Catedralicio la escultura “Virgen con el Niño y San Juanito”, realizada en mármol por Bartolomé Ordóñez, formará parte de la exposición temporal “Otro Renacimiento. Artistas españoles en Nápoles a comienzos de Cinquecento”, del Museo Nacional del Prado, entre el 18 de octubre de 2022 y el 29 de enero de 2023.

Bartolomé Ordóñez está considerado como uno de los mejores escultores del Renacimiento español, y, junto con Diego de Siloé, lideran la conocida como escuela burgalesa que desarrolló su actividad en las primeras décadas del siglo XVI. Ambos escultores tienen el común que se desplazaron a Italia para completar su formación.

“Virgen con el Niño y San Juanito” procede del desaparecido monasterio de San Jerónimo de Zamora y se expone en el Museo Catedralicio de la capital. Manuel Gómez Moreno llega a identificar a esta virgen del escultor burgalés Bartolomé Ordóñez, con una Virgen con el Niño que cita el inventario realizado en Carrara el 10 de diciembre de 1520, tras la muerte del escultor, y que estaba destinada a componer el sepulcro de don Juan Rodríguez de Fonseca, obispo de Burgos.

El grupo, realizado en mármol de Carrara, presenta peculiaridades iconográficas ideadas por el creativo Bartolomé Ordóñez. La Virgen, de pie, sostiene al Niño (desnudo y portando una rama de cerezas) en su brazo izquierdo. Junto al costado derecho de la Virgen se coloca la figura de San Juanito, caminando y llevando en sus manos un pajarito, sujeto por el Niño Jesús con un cordel rojo, parcialmente roto. En la base, a los pies de la Virgen, aparece la cabeza de un querubín alado con gesto sonriente para señalar la divinidad de los personajes representados.

El grupo, realizado en mármol de Carrara, presenta peculiaridades iconográficas ideadas por el creativo Bartolomé Ordóñez. La Virgen, de pie, sostiene al Niño (desnudo y portando una rama de cerezas) en su brazo izquierdo. Junto al costado derecho de la Virgen se coloca la figura de San Juanito, caminando y llevando en sus manos un pajarito, sujeto por el Niño Jesús con un cordel rojo, parcialmente roto. En la base, a los pies de la Virgen, aparece la cabeza de un querubín alado con gesto sonriente para señalar la divinidad de los personajes representados.

Detalle del querubín que asoma por el ropaje de la Virgen JOSE LUIS FERNANDEZ

Restaurada en 2011

La presentación de la restauración de la imagen, en 2011, corrió a cargo de la autora del trabajo, Patricia Ganado, y de los entonces director del taller diocesano, Bernardo Medina, deán de la Catedral, Juan González y el delegado diocesano de Patrimonio, José Ángel Rivera de las Heras.

Se llevó a cabo una limpieza respetuosa para mantener el equilibrio entre la piel y la pátina. «La policromía tiene pigmentos tan suaves que una intervención muy profunda los puede suprimir», enfatizó en su día el responsable del taller de restauración.

El grupo Bartolomé Ordoñez «juega con la carnación, que es la misma piedra, mediante veladuras». La pieza presenta «un poco de oro» e «incluso en algunos puntos tiene micras de algo metálico, quizá mica, en el propio mármol», describió Bernardo Medina.

La limpieza costó alrededor de 1.500 euros sufragados en su totalidad por el Cabildo y se centró especialmente en zonas ennegrecidas de la parte baja del grupo, tanto en los pies de la Virgen, de San Juanito y el querubín, donde más se apreciaba la suciedad, y en unos repintes en las ondulaciones del pelo de la Virgen y en las cejas de la misma figura.

La restauradora explicó que en la zona inferior «había mucha cera, posiblemente de la época en que estuvo expuesta al culto» y aseguró que «únicamente se ha llevado a cabo una limpieza, no hemos realizado reposiciones de falta de soporte».

La escultura de Bartolomé Ordóñez contaría con «unos colores muy vivos, pero no hemos podido darle ese esplendor porque estaba muy degradada, pero los pigmentos verdes que conserva serían muy fuertes al igual que los rosas muy fuertes», opina la restauradora.

Exposición en el Museo del Prado

La pieza de Zamora compartirá espacio con otras de Pedro Fernández, Diego de Siloé, Alonso Berruguete o Pedro Machuca, entre otros, procedentes de un Museo alemán, el de Nueva Orleans (Estados Unidos), el Nacional de Cataluña, las iglesias de Bolea (Huesca), Fuentes de Nava (Palencia) o Sasamón (Burgos), las catedrales de Burgos, Valladolid, los museos catedralicios de Jaén y Zamora o colecciones particulares. Son 16 piezas en total.

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