La Opinión de Zamora

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La inflación se nota en la cocina: el gasto en carne y pescado se hunde en 2022

Los datos de consumo se asemejan a los de principios de siglo, una situación motivada por el alza de precios de los últimos meses

Una mujer compra aceite en un supermercado. | LOZ

La inflación muestra ya sus efectos en la cesta de la compra de productos básicos y los zamoranos gastan cada vez menos en el supermercado. O, para ser exactos, gastan lo mismo pero se llevan menos a casa. Los datos de consumo alimentario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación muestran que, en los últimos doce meses, el consumo de prácticamente todos los grupos de alimentos se ha reducido, con especial incidencia en aquellos que son más caros.

Por ejemplo, por lo que respecta a la carne, el consumo por persona en la provincia es ahora un doce por ciento inferior al del mes de junio del año 2021. Se consumen un total de 41,37 kilos de carne por persona y año mientras que la cantidad, el año pasado, superaba ampliamente los 47 kilos. La misma tendencia, incluso más acusada, sigue la pesca. Los zamoranos consumen ahora una media de 20,72 kilos de pescado anuales, cifra que hace un año superaba los 24.

El consumo baja en todos los grupos. Así las cosas, el consumo de fruta fresca se sitúa en 85 kilos anuales (un diez por ciento menos), el de hortalizas y patatas en más de 71 kilos (merma del trece por ciento) y el de leche en 104 litros anuales (casi un siete por ciento menos). Por lo demás, los ciudadanos consumen 28 kilos de pan anuales, diez litros de aceite, 8 de huevos, 9 litros de vino, 64 litros de agua y 37 litros de gaseosa y derivados.

El Panel de Consumo Alimentario en los Hogares de 2021, editado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, refleja que el desplome es generalizado, dado que también cae la media estatal tras el alza del 2020. La ingesta de los españoles de productos del mar y de la acuicultura se sitúa en una media 22,72 kilos anuales, un descenso de un 8,5% (más de 2 kilos menos) respecto al año anterior.

Los datos muestran que la inflación, además de afectar a los productos más prescindibles, está empezando a meterse “hasta la cocina” en muchas viviendas, obligando a cambiar los hábitos de consumo para sostener el incremento de los precios de los últimos meses. Otras estadísticas también muestran que el consumo de electricidad ha caído, también como consecuencia de las medidas de ahorro, y que el gasto en combustible se contrae por el elevado precio de los carburantes.

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