El incendio declarado el domingo en Tábara y Ferreras de Arriba saltó al valle de Valverde a través de Litos durante la madrugada del lunes y por la tarde avanzaba por toda la margen derecha del Tera.

Al caer la noche comenzó a producirse un éxodo de coches de estas localidades por la N-525 hacia Benavente y otros destinos.

Desde Pumarejo a Aguilar de Tera se activó el desalojo de todas las localidades de la ribera izquierda del río. Antes lo habían sido las del valle de Valverde, a excepción de Navianos, y también Villanueva de las Peras, cercada por las llamas al caer la noche.

Los burros de Aszal pastando en una finca contigua a las instalaciones tras ser evacuados. J. A. G.

Pero los desalojos no han sido del todo efectivos. Muchos vecinos han preferido quedarse para proteger su ganado, sus naves y sus viviendas.

F., un vecino de Melgar de Tera lo explica así: “si nos hubiéramos ido ahora el pueblo estaría en llamas”. Eran las ocho de la tarde. Había pasado horas protegiendo sus naves de ganado. “Si no lo hubiéramos hecho los del pueblo, habría ardido todo. Aquí no ha venido nadie a ayudar. Nos habremos quedado los más jóvenes, unos 70 u 80”, explica.

Un vecino de Pueblica de Valverde observa como el incendio pasa de Litos a Pueblica de Valverde. J. A. G.

Por la mañana, M., un vecino de Pueblica de Valverde observaba como el fuego descendía a golpe de llamarada hacia la dehesa de Cejón. “No podemos marcharnos a la primera”, dijo, con los mismos argumentos que el vecino de Melgar.

Había cargado una maleta con ropa en el coche, pero iba a esperar a ver como evolucionaba el incendio, y no pintaba bien. El viento insuflaba aire a las llamas que descendían en la lejanía, por la ladera, con cada vez más frecuencia.

Un bombero trata de sofocar el fuego en los establos de Aszal. J. A. G.

El fuego rodeó Pumarejo y quemó bodegas y puso en jaque algunas viviendas. También saltó a Santa Croya de Tera. El pueblo estaba cerrado a cal y canto, pero varias decenas de jóvenes con excavadoras y tractores con cubas trataban de hacer cortafuegos en la vega.

Lograban detener las llamas en ocasiones, pero los golpes de viento lo reavivaban. Quemó varias decenas de bodegas, algunas completamente, otras de forma parcial.

Dos helicópteros se alejan tras descargar agua en una parte de Santa Croya. J. A. G.

El Centro de Capacitación Agraria de Santa Croya, el antiguo edificio de formación de capataces, libró en el alto, pero no en la zona baja, donde se encuentra la reserva de burros zamoranos y leoneses de Aszal.

Las llamas de devoraron las fincas adyacentes y los animales fueron evacuados a la carrera. La mayoría pacían en una arboleda amenazada también por las llamas. El humo, muy denso, cubría toda la ladera hasta Santa Croya. La imagen era dantesca.

Escuela de Capacitación Agraria de Santa Croya envuelta por el humo. J. A. G.

En la carretera hacia Villanueva de las Peras, el fuego había devastado a ambos lados la superficie de monte bajo y encinas y era arriesgado circular. “Es un perímetro inmenso”, explicó una agente medioambiental.

En localidades de la margen derecha, pese a estar el Tera de por medio, vecinos de Sitrama y Quiruelas habían preparado las maletas. El Ayuntamiento de Benavente ofreció a la Junta sus pabellones. Los realojos, sin embargo, se han centralizado en Zamora.