La Opinión de Zamora

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El tribunal de Hacienda obliga a devolver 4.000 euros a un zamorano al que reclamaron las deducciones por su madre incapacitada

El organismo de Hacienda cree innecesario justificar con factura todos los gastos de una dependiente y obliga a reintegrar 4.000 euros a su hijo

Ciudadanos realizan trámites en la Agencia Tributaria de Zamora. | Emilio Fraile

Las familias, los tutores, de personas con discapacidad a su cargo que no cubran con sus pensiones todos los gastos de su manutención, aseo y servicios básicos podrán obtener la deducción de los mismos en la declaración de la renta sin necesidad de justificarlos con facturas detalladas, según el acuerdo irrevocable del Tribunal Económico Administrativo del Ministerio de Hacienda que acaba de anular un acuerdo de la Agencia Tributaria de Zamora que obligó a un joven de la capital a devolver 2.622,25 euros descontados de su IRPF en 2019.

El joven zamorano Pedro Limia Vega, tutor de su madre discapacitada de 58 años, acaba de abrir vía “a tantas personas mayores a las que Hacienda se lo reclama y, por miedo, no recurren”, explica satisfecho por reparar lo que considera una injusticia, tras lograr la primera decisión en este sentido del Tribunal de Hacienda. Pedro deja atrás, como una durísima experiencia, “las noches sin dormir, las migrañas” y el miedo porque “tienes la sensación de que igual has hecho algo mal”, con la consiguiente desazón por una posible reclamación desde 2015, cuando comenzó a deducir esos costes.

Pero el zamorano de 29 años, a quien la mayoría de los profesionales que consultó le aconsejaron que pagara sin recurrir, decidió emprender la batalla porque creía que le asistía la razón, ya que su situación económica no es, precisamente, desahogada. Los ingresos de madre e hijo no alcanzan los 1.600 euros que se quedan en nada tras pagar la residencia de la Fundación Intras en Toro en la que vive la mujer; la hipoteca que ella todavía tiene pendiente, de 150 euros al mes; y los gastos de servicios que esta zamorana no tiene cubiertos en el centro ni por la Seguridad Social.

Con lo que resta, el joven afronta desde medicinas a productos de aseo personal, ropa, peluquería, podología o fisioterapia. Hacienda le requirió información exhaustiva de todos esos gastos personales de su madre para justificar la liquidación del IRPF de 2019, en concreto de 2.622,25 euros (con intereses incluidos) que se convirtieron en 4.000 cuando se negó a obedecer y decidió recurrir el acuerdo del jefe de la Dependencia de Gestión Tributaria de la Delegación de la Agencia Estatal de Zamora.

Hacienda inició el 6 de julio de 2021 un procedimiento de comprobación del IRPF de ese ejercicio sobre la correcta aplicación del mínimo por la discapacidad de la madre, y de la deducción familiar por estar a cargo de su hijo por ser su tutor. Pedro Limia Vega remitió toda la documentación dos días después y la Agencia Tributaria calcula que debe reintegrar 2.622,25 euros, propuesta de liquidación le notifica el 21 de julio de 2021.

Esos gastos extras que deducía en su IRPF, “como tantos zamoranos, especialmente los de más edad y pensiones bajas”, se corresponden con la compra de productos de aseo personal, como compresas higiénicas, y de servicios esenciales para su madre como la fisioterapia, el del podólogo o de la peluquería, las medicinas, la ropa y un largo etcétera que incluye hasta los pintalabios de 3 euros, de los que también se le exigía factura. “No bastaba con el ticket de compra”, Hacienda reclamaba un listado minucioso acompañado de ese recibo de cada artículo o servicio, condición que “ni el juzgado incluye” en el proceso de control de esos gastos para impedir posibles abusos de los tutores respecto de personas incapacitadas, como es el caso de su progenitora.

Pedro se ha visto obligado en el último año, a pasar verdaderos apuros al ir a pagar porque “he estado pidiendo hasta de los pintauñas”, ante la sorpresas de las dependientas por tan inusual solicitud.

El joven se negó a quedarse de brazos cruzados y pagar a la Agencia Tributaria sin más, lo que no le salió gratis: los 2.622,25 euros se convirtieron en 4.000 al sumarse la preceptiva multa y los intereses de demora. Con sus pequeños ingresos y la pensión de progenitora, tuvo que pagar “con dinero pedí prestado a familiares”, explica el joven que agradece el gesto, así como la dedicación de “la asesora que me ayudó, Irene Herrero González, la única de los profesionales de este tipo que consulté y me dijo que tenía posibilidades de ganar a Hacienda. Es amiga de los padres de mi pareja y tampoco me quiso cobrar”.

Se considera también en deuda con el abogado que le ganó a la Agencia Tributaria, lo que parecía imposible a otros que conocieron el caso. Este profesional, que no quiere ser mencionado, “contactó conmigo a través de mis redes sociales, donde conté lo que me estaba pasando y se puso en contacto conmigo para llevar el recurso al Tribunal de Hacienda. No olvida mencionar al general director de la Academia de Logística de Calatayud donde Pedro se está formando “me ha ayudado mucho, me han dado días libres y todo lo que he necesitado sin preguntarme. En mi destino, se han portado muy bien, he tenido mucha suerte”.

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