La Opinión de Zamora

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El suministro de productos frescos en Zamora, afectado por la huelga del transporte

Todas las pescaderías y algunos puestos más del Mercado de Abastos, cerrados por falta de género

El Mercado de Abastos funcionó este sábado a medio gas, con todas las pescaderías cerradas

Las pescaderías cerradas por falta de género y algunos puestos más con escasez. Era el panorama del desangelado Mercado de Abastos de Zamora en la mañana de este sábado, por culpa de la falta de suministros originada por la huelga de transportistas. No es que haya un desabastecimiento total, pero en los puestos tampoco hay la abundancia de una situación normal y se dan constantes fallos en la llegada de camiones que habitualmente acercan el género hasta Zamora.

María Antonia, la dueña de Frutas Mari, un establecimiento dedicado a la venta de aceitunas y fruta en la planta alta constataba que tiene suficiente género por lo que tenía almacenado. No obstante, la mercancía del sur, por ejemplo de aceitunas, no había llegado esta semana. También hubo problemas en el Mercazamora, de donde se surte de fruta, si bien, aunque llegó menos producto del habitual, sí le sirvieron durante la jornada del viernes.

Clientas en uno de los puestos del Mercado de Abastos. | Emilio Fraile

A pocos metros Manuel Serrano, de Pollería y Chacinería Serrano, explicaba que algunos productos como “el pollo de Coren (una potente industria gallega) no ha venido esta semana, porque no ha podido llegar el camión desde Orense. Tampoco nos han llegado los productos de El Pozo, desde Murcia, como unas costillas que solemos tener”. De momento sí tenía género suficiente de otros suministradores para poder seguir trabajando.

Sin embargo, las pescaderías estaban cerradas ante la falta de género. Luis Juan sí tenía su casquería abierta aunque, reconoció, con mucho menos género del habitual. “Me tenían que matar ciento y pico animales y al final solo han sido 14”, debido a los problemas de las granjas para hacer llegar el ganado hacia los mataderos.

La situación es, pues, de escasez de suministros, aunque de momento no peligra la alimentación de la población al haber producto.

Proveedores y clientes, a la espera de que “llegue el camión”

Las estanterías del aceite de girasol siguen vacías o muy mermadas (suelen quedar las marcas de mayor precio). La harina sigue la misma tónica. Con el papel higiénico todavía no ha pasado lo mismo, pero hay estantes que tienen pinta de estar sufriendo el desabastecimiento. Con la leche pasa algo parecido: aún se encuentra sin dificultad, pero quizá no de la marca que uno querría.

De todas formas en los supermercados de Zamora no se puede hablar de una foto fija, ya que de una u otra forma, suelen conseguir rellenar los estantes, al menos por unas horas, hasta que la fuerte demanda de los productos en escasez hace que desaparezcan con relativa premura.

Por ejemplo, uno puede acudir a la pescadería de un supermercado y encontrarse con el hielo sin nada que enfriar y al día siguiente ver el mostrador rebosante de centollos y merluzas. Todo depende, claro, si el camión de suministro logró llegar a su destino. En cualquier caso como la huelga de transportes alcanza a todos los niveles, desde la fabricación a la distribución, habrá determinados productos cuya dispensación no se normalice hasta que se resuelva el conflicto y otros (los derivados de los cereales), hasta que cese la guerra de Ucrania.

El pánico aún no se deja sentir en los estantes

La demanda de ciertos productos en escasez ha aumentado, pero aún no se nota que haya conductas de acaparamiento de alimentos, coincidieron en señalar los industriales entrevistados por este diario. De momento, pues los problemas de oferta se están limitando a una serie relativamente amplia pero bastante concreta de productos que, además, en la mayoría de los casos tienen alternativa, por lo que todo el mundo considera lejana la posibilidad de un desabastecimiento generalizado.

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