Los zamoranos que viajan por trabajo se están topando con un problema de peso que lastra sus recorridos: el precio del combustible. El traslado diario en coche a puntos como Salamanca, Valladolid, León o incluso zonas provinciales como Benavente, Toro o Sanabria deriva en un desembolso -en algunos casos, de su propio bolsillo, en otros, de las empresas- que trae de cabeza a muchos trabajadores.

Desglosamos los precios en el momento actual -tarifa del domingo, 13 de marzo en Zamora- respecto a hace un año:

  • Zamora-Salamanca: Si un desplazamiento de ida y vuelta entre Zamora y Salamanca podía costar, de media, entre 8 y 10 euros hace justamente un año, ahora la factura diaria se puede incrementar unos 3,80 euros de promedio, si se tienen en cuenta unos consumos estándar. Esto supone que, para los trabajadores que tengan que moverse cinco días a la semana entre un municipio y otro, el impacto mensual del incremento del combustible en el último año pueda rondar los 80 euros por cada afectado.
  • Zamora-Valladolid: El gasto extra del desplazamiento de ida y vuelta diario a Valladolid con respecto a lo que se pagaba el año anterior puede alcanzar, de promedio, los seis euros.
  • Zamora-León: El desembolso a mayores respecto a hace un año se dispara por encima de los ocho euros.
  • Zamora-Benavente: La diferencia en el coste diario de ir a Benavente en marzo de 2022 con respecto a marzo de 2021 alcanza los cuatro euros de promedio.
  • Zamora-Toro: La diferencia en el coste diario es de dos euros.
  • Zamora-Puebla de Sanabria: La diferencia en el coste diario es de seis euros.
  • Zamora-Fuentesaúco: La diferencia en el coste diario es de cuatro euros.

Otras subidas

Este pago extra en el precio del combustible no aparece aislado, sino que se combina con el incremento del coste de la electricidad y otros suministros, y también de determinados productos de la cesta de la compra. La tendencia alcista ha reducido el poder adquisitivo de las familias.

La cartera se resiente

Para muchos de estos casos, especialmente para los desplazamientos interprovinciales, la alternativa de transporte público resulta una quimera por los horarios y por las frecuencias, lo que obliga a los interesados a coger el coche cada mañana. Si la escalada no cesa, sus trayectos diarios irán minando el volumen de su cartera sin que se vislumbren demasiadas soluciones que estén en su mano.