Las restricciones ante la pandemia continúan cercando a las salas de música en vivo ante las medidas restrictivas que les ha llevado a cancelar numerosos conciertos a lo largo de 2021, un 70% de los programados, una caída contenida gracias a la actividad de hostelería que también desarrollan, por lo que se cifran las pérdidas en el 12%, explica el presidente de la Asociación Castilla y León en Vivo, el zamorano Óscar Sotelo. Ante este panorama piden a la Junta de Castilla y León “que se nos considere como negocio cultural, y se nos iguale a los teatros públicos”, indica el representante de estos negocios en la Comunidad Autónoma.

“Estamos viviendo de esa parte del negocio de hostelería al reducirse drásticamente la celebración de conciertos, de modo que no se han llevado a cabo una tercera parte de las actuaciones previstas, respecto de 2019”, expone Óscar Sotelo.

En toda Castilla y León, se han celebrado 369 conciertos y se han cancelado más de 400, lo que da idea del daño que las restricciones sanitarias están ocasionando al sector desde que se declarase el COVID.

La asistencia a los locales “es mucho menor por la limitación de los aforos impuestos por la Junta y porque al estar contemplados como actividad muy peligrosa durante el tiempo más duro de la pandemia nos ha colocado en el ojo del huracán y eso ha provocado que mucho público no acuda”, agrega el también gerente de la sala zamorana La Cueva del Jazz, la única que queda en la capital junto al Avalon Café, además de El Buda en Benavente.

Los empresarios vuelven a reivindicar al Gobierno autonómico que “nos considere como cultura y que se nos impongan las mismas normas que tienen establecidas para los teatros y auditorios públicos porque nuestra actividad es más la de un teatro que la de un establecimiento de hostelería”.

“Se nos tenía que haber permitido trabajar en esas mismas condiciones que tuvieron los teatros” durante la pandemia, insiste Óscar Sotelo. El presidente de la Asociación subraya que el reconocimiento como actividad cultural hubiera supuesto un balón de oxígeno para las salas de conciertos en estos dos años largos tan duros, ya que habrían podido beneficiarse de las ayudas para salir a flote.

Por otro lado, estos empresarios critican que la Junta solo haya sacado subvenciones desde Cultura con destino al sector público, “no para las salas privadas, tras haber impactado en nuestros negocios con decisiones muy drásticas”. Recuerda que el Gobierno central estableció ayudas para la modernización de todo el sector de cultural, “pero en Castilla y León solo han ido para empresas públicas y no privadas”, lo que ha supuesto otro varapalo para las salas de conciertos.

El presidente de la Asociación Castilla y León en Vivo advierte que “seguiremos haciendo ruido” para que se tengan en cuenta sus peticiones, ante el riesgo que corre el sector.