Belén Rodríguez Morales, descendiente de la localidad zamorana de Carbajales de Alba es una joven investigadora de 26 años que está trabajando ahora mismo una técnica de nanotecnología que permita diseñar el vehículo para la vacuna contra el cáncer de mama triple negativo, uno de los más agresivos y difíciles de tratar que existe.

Conocido como Proyecto Blanca, es una línea estratégica del Gobierno de Navarra, y está liderado por la clínica de Navarra, que junto con otras empresas y centros tecnológicos forman un consorcio multidisciplinar que desarrollará su trabajo desde finales de este año hasta 2023.

El objetivo directo de este proyecto es el desarrollo de una vacuna para el cáncer de mama triple negativo. “En concreto mi empresa, Bionanoplus, especializados en nanotecnología, desarrollaremos la nanoparticulas que encapsularan el ARN mensajero de la vacuna”, explica Belén. El ARN mensajero ha salido a la luz debido a que es la base de las vacunas contra el coronavirus más exitosas, las desarrolladas por Pfizer y Moderna

La vacuna contra el cáncer de mama “sería como una inmunoterapia para este tipo de cáncer y dados los resultados de las vacunas de ahora del COVID esta técnica del ARN mensajero cree que sería la vía para solucionarlo ya que este tipo de tumor es muy difícil tratar con otra terapia y es tan letal, agresivo y metastásico que creen que la vía para solucionarlo sería esta terapia”.

“En mi empresa hacemos nanopartículas para encapsular activos, moléculas, fármacos, o en este caso ARN. Somos una pequeña pyme y yo me encargo de la parte de biología molecular y también de la microbiología de la empresa”

Es decir, Belén Rodríguez Morales sería la encargada de “fabricar “ el vehículo por donde introducir en el cuerpo en ARN mensajero, ya que “es muy inestable y si entrara en el organismo solo, al desnudo, rápidamente el cuerpo lo degrada. Estas cápsulas lo protegen hasta que entra en la célula y hace la función que tiene que hacer como vacuna”. Para fabricar una de estas vacunas “lo primero que hay que hacer es diseñar la secuencia que quieres, el ARN mensajero. En este caso este proyecto cuenta con donantes, mujeres con este tipo de cáncer en sus biopsias, que donan de forma altruista trozos de su tumor y es lo que sirve para analizar todas las proteínas, secuencias, anticuerpos o antígenos que tienen que ver con el desarrollo del tumor, que emigre a otros tejidos, todo lo que es el avance del cáncer. Sacando esa secuencia se puede diseñar una secuencia de ARN mensajero que pueda activar las defensas del cuerpo, pero sólo dirigido contra las células cancerígenas. Sería una vacuna, pero con el principio de la inmunoterapia, es decir, una vez que ya tienes la enfermedad. Se ha visto ya in vitro que es muy efectivo y la idea es que ya pronto se extrapole a pacientes”.

El mecanismo de acción es que “tu metes una secuencia, las células empiezan a funcionar y producen una proteína contra la cual va a reaccionar tu cuerpo. Tu sistema inmune entrena y sabe exactamente qué células mata, ya que las reconoce por la proteína que le has dicho tu que tienes que crear. Es como si le dieras una orden”.

Así contado parece sencillo, pero no lo es en absoluto: “Hay muchos problemas que superar. En primer lugar, los bioinformáticos han de poder sacar la secuencia exacta de desarrollo, luego tienes que experimentar en laboratorio, más en ratones y después en personas y siempre hay algún punto de control en el que algo puede fallar. Pero teóricamente podría ser perfectamente posible.

Carbajalina

Responsable de entre un 10 y un 15% de los cánceres de seno, las células del cáncer triple negativo no contienen receptores de estrógeno ni de progesterona, y producen exceso de la proteína HER2. Es decir, “se llama triple negativo porque los tres receptores normales que hay en la mayoría de cánceres de mama están como bloqueados. Son los receptores diana para fármacos. Y entonces son muy difíciles de curar. Funciona muy mal la quimioterapia o la hormonoterapia, se expande muy rápido y es muy agresivo, por eso se necesita algo más efectivo. Bien es verdad que esta inmunoterapia la tienes que combinar con otro tipo de tratamientos”.

Procedente de Carbajales de Alba, Belén Rodríguez estudió Biología en Madrid y se especializó en Biotecnología. Gracias a una beca Santander Iberoamérica pudo completar su formación en el extranjero, en el Instituto Tecnológico de Monterrey (Méjico), donde estuvo investigando un año y medio. En ese tiempo sacó una publicación también sobre nanopartículas, aunque en este caso para el tratamiento de la diabetes. “Eran nanopartículas de origen natural, sacadas de medios celulares e introducía insulina dentro de ellas. En modelos de ratón las células del páncreas incorporaban estas partículas y era una manera nueva de introducir la insulina para tratar la diabetes tipo 2”.

Diabetes

“Aprendí muchísimo. Decidí volver aquí porque echaba de menos España, a mi familia. Me puse a buscar trabajo en España, aunque sabía que estaba muy complicado, pero bueno enseguida me acogieron en esta empresa y aquí estoy haciendo nanopartículas que es lo que de verdad me apasiona”.

La zamorana entiende que “aquí se hace investigación, pero cuesta mantenerse a flote. Se puede hacer, pero está muy complicado y muchas empresas se quedan en el camino”. No obstante, a juicio de Belén “todavía no estamos al nivel de otros países, pero creo que hay mucho talento en España y todo lo estamos exportando al extranjero. Pero la gente que decide quedarse por familia, por raíces, encuentra su hueco, aunque en cualquier otro país la remuneración y el prestigio sería muy superior”.