“Solo los que seamos capaces de defender nuestras ideas sin complejos seremos capaces de mantener nuestro mundo”. La frase, dicha ayer en el Club de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA por parte de Victorino Martín, bien simboliza el futuro ante el que se encuentra el toreo. Complicado, tocado por la pandemia y con el lastre de que muchos de sus defensores no son tales cuando hablan del asunto, “polémico no sabemos por qué”, en público. Bajo el título “La cultura taurina: amenazas, desafíos y oportunidades” el foro del diario trató de arrojar algo de luz al futuro de la fiesta. Porque futuro hay.

Victorino Martín fue la estrella del cartel, algo a lo que el ganadero, y también presidente de la Fundación Toro de Lidia, no deja de estar acostumbrado. Completaron la terna el matador zamorano Alberto Durán y Gregorio Muñoz, secretario general de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, en un debate moderado por el periodista Paco Cañamero y presentado por Carmen Ferreras.

Como siempre sucede, desde un tiempo a esta parte, cuando se habla de toros, las amenazas coparon gran parte del debate. Y es que las amenazas, si antes de la pandemia eran muchas, ahora son legión. Eso aunque el sector ha conseguido “librar” con cierta dignidad un año que, como el funesto 2020, también se preveía negro. Las primeras ferias se cerraron en falso, con las sonadas ausencias de Sevilla y Madrid, y el sector comenzó a coger vuelo en verano para cerrar la temporada, en septiembre, de una forma más que digna. “Un año trampa”, apostilló Victorino ante el atento auditorio. “Nosotros, cuando empezó la pandemia, llevábamos ya seis meses de paro”, apuntó el ganadero recordando que el mundo taurino para en España entre mediados de agosto y mediados de marzo.

Algo similar a lo que le sucede a Alberto Durán, que se afana en perfeccionar su toreo para, como recordó Cañamero, la oportunidad, “que llegará”, no le pille por sorpresa. “Andrés Vázquez”, espejo en el que se mira el torero de Villamor de los Escuderos, “tomo la alternativa a la edad que tengo yo ahora”. Y llegó bien alto. Así que tiempo, hay. “Aún puedo lograr cosas de importancia, trabajo en ello porque tengo cosas que decir, y tengo ganas de que se me den oportunidades. Estoy deseando que se me abran las puertas para mostrar lo que llevo dentro”, apuntó el matador para que después Cañamero expresara el sentir de gran parte de la afición zamorana. “En las provincias siempre ha habido en los carteles una figura, un torero de cartel y el torero de la tierra. Es de justicia que Alberto Durán esté en Zamora en San Pedro”, aseguró el periodista para después pedir “más implicación” a la afición de la ciudad.

Misma reivindicación que hizo Victorino Martín, que recordó que la Fundación Toro de Lidia cuenta con 3.200 seguidores —que pagan su cuota— frente a los miles de otros colectivos. “Es importante que la afición se movilice”, aseguró el ganadero para añadir que la fundación que preside trabaja en abrir delegaciones en todas las provincias de España. “No debemos bajar los brazos, hay que defender sin complejos una cultura única en el mundo, la fiesta más culta que existe”, zanjó el ganadero. Queda, no queda duda, mucho por hacer.