Han bastado tres años para que el artista local Diego Benéitez Gómez haya logrado cruzar fronteras y brillar, pasear el nombre de Zamora por el SoHo (Nueva York), Los Ángeles, Londres, París, Hamburgo, Suiza o Amsterdam, a donde volverá en un par de semanas de la mano de la ArtFair, tras regresar de Suecia el 28 de septiembre. Allí obtuvo un nuevo éxito: cuatro obras vendidas, otras dos de grandes dimensiones pendientes de cerrar, y el galerista sueco decidido dejar colgados cuadros de Benéitez “un tiempo más”, a pesar de que la muestra individual concluyó oficialmente.

“Ha sido un resultado importante, muy bueno”, declara el joven artista de 34 años sin dejar asomar una pizca de vanidad, aunque no es tan fácil triunfar en mercados tan diferentes al español. Él prefiere hablar de desafíos, “siempre es un reto acudir a un país extranjero. Nunca te han visto, el ojo de los aficionados al arte es diferente, puedes llamar la atención, pero esperan a conocerte, a estudiarte”, lo meditan bien antes de dar el paso y comprar.

El artista, que nació como pintor desde el grafiti en 2004 y comenzó su despegue a raíz de ser uno de los diez seleccionado para el Premio BMW de Pintura en 2015, sigue en esa línea de humildad para evaluar sus dos últimas exposiciones individuales, en Suecia, en la ciudad de Helsingborg, y Nueva York, en Manhattan. Experiencias que han ido “muy bien, no me esperaba esa asistencia de público, el resultado es muy bueno”.

Cuadros del artista zamorano expuestos en Suiza. Cedida

Sin duda, su peculiar forma de plasmar los paisajes urbanos, apresados entre horizontes de cielos grises, incandescentes o añiles, se ha ganado al público experto de varios países de Europa y del otro lado del Atlántico, de Estados Unidos, de Países Nórdicos y de Reino Unido, donde vende el 70% de su obra.

El próximo destino es Madrid, la Feria Estampa, que se inaugura mañana, 21 de octubre y permanecerá abierta hasta el día 24. Benéitez Gómez dará a conocer una docena de cuadros nuevos, de su inédita serie “Cumbres”, con una temática alejada de sus ya clásicos skylines. “Llevo cinco años investigando sobre las cumbres de montañas”, explica, “paisajes menos intervenidos por el hombre” que le gusta explorar como aficionado al senderismo y la bicicleta. Los aficionados al arte verán un trabajo rupturista con su obra más conocida, elaborado “casi ex profeso para esta feria”.

Un paisaje urbano del pintor zamorano, vendido en Suiza.

Será su tercera vez en Estampa, no tan lejos queda aquella primera de 2015 “de aproximación al mundo del coleccionista”, una experiencia de la que se resarció en la siguiente edición de 2016, “fue un éxito, hay gente impulsiva, y un coleccionista me compró cuatro cuadros de golpe”, recuerda.

Algunas de obras de “Cumbres” ya las ha vendido para colecciones privadas, “gente que las ha visto en mi cuenta de Instagram”, una red social que usa para difundir sus cuadros, “Una ventana interesante, por su inmediatez para mostrar lo que haces”. Benéitez traslada a esta cita con Madrid un fondo compuesto de “otras obras nuevas para los clientes que se interesen” por sus creaciones.

Cuadro de la serie "Cumbres" que presenta mañana en Estampa en Madrid. Cedida

En dos semanas, regresará a Amsterdam, a la ArtFair, que se inaugura el 28 de octubre y cierra el día 31, con media docena de cuadros. Esta vez sí, solo horizontes, aunque “nuevos, sobre todo de bahías y de algún paisaje más desértico”, explica, con una evolución cada vez encaminada “al concepto de la abstracción, aunque mantengo elementos figurativos que se pueden observar al acercarse al cuadro”.

En la Coruña, le espera la galería Moret Art para su primera exposición individual, después de “alguna colaboración en colectivas”. El proyecto supondrá abrir “una ventana importante en Galicia”, con una muestra de 20 obras, algo importante para Benéitez que “nunca había participado en una individual” en esa tierra. Lo hace con “ganas porque habrá muchas obras de bahías que pueden remitir al público gallego a las de sus costas, por ejemplo, a los contornos de las Islas Cies”. Y se retrotrae a la última serie de esta temática, “inspirada en la Albufera, un paisaje que me gusta porque me encuentro con la visión que quiero plasmar, tengo conexión con ella, son lugares vividos” que puede trasladar al lienzo.

Obra titulada "El Alba", expuesta en Europa Cedida

En su estudio, desde la margen izquierda del río Duero, continúa sin pausa, “ahora, centrado en un encargo de un cuadro sobre una cumbre y de otro skyline en gran formato”. Y sin dejar de anotar citas en el calendario: en noviembre, Hamburgo, por segunda vez, ya estuvo en 2020; la Feria de Bruselas, citas con galerías de España; y la muestra dual con un artista americano en la misma galería sueca de Helsilborg donde cerró su presencia a fina de septiembre. Cada artista aportará su interpretación de los horizontes, “yo con un estilo más de figuración del paisaje conceptual y cotidiano; el otro, más desde un estilo abstracto”. En cartera, proyectos para 2022.

Pero el éxito que va cosechando, imparable en los últimos once años, no le aparta del camino pegado al lienzo, de meterse de lleno en “la producción de obras que me va pidiendo la emoción”, aún si ese rumbo le aparta de los grandes escaparates para la ambición del artista, “prefiero dejar de asistir a una feria para centrarme en crear”, sentencia. Se declara “en una buena racha”, inmensamente afortunado por poder “trabajar en lo que más me gusta y disfrutando mucho de la profesión”.