La juez ha dispuesto el ingreso en una casa de acogida de una zamorana con discapacidad intelectual para protegerla de su pareja, sobre la que pesaba una orden de alejamiento por violencia de género, orden judicial que resultó insuficiente para impedir que la mujer volviera a ser maltratada, según consta en las diligencias judiciales.

El alto riesgo que corre la víctima ha llevado a poner en marcha una protección doble: la estancia en la casa de acogida, situada fuera de la provincia de Zamora, y la asistencia permanente de un policía. La gravedad de las situación llevó a la titular del Juzgado de Violencia de Género a decretar el ingreso en prisión provisional del acusado, según fuentes próximas a la investigación. El varón, un zamorano con antecedentes policiales por otros delitos, acumula ya dos órdenes de alejamiento respecto de su mujer.

El hecho de que el hombre tuviera una de esas órdenes de alejamiento y un juicio pendiente por maltrato explica que los técnicos acrediten que existe “una situación objetiva de riesgo para la integridad física de la denunciante”, lo que obliga a poner en marcha las medidas de protección máximas para la mujer.

Una de las agresiones en proceso de investigación tuvo lugar en febrero pasado cuando la pareja estaba comiendo en su domicilio e inició una discusión en el transcurso de la cual “le propinó dos puñetazos en la cara” a la mujer, quien sufrió lesiones consistieron en “contusiones” que precisaron una asistencia médica, según las diligencias. La Fiscalía de Violencia de Género ha solicitado que se condene al imputado a 9 meses de prisión, a dos años de alejamiento de quien es su esposa y a otros tantos de prohibición de poseer o portar armas. Como medida cautelar, la juez había decretado la orden de alejamiento que el acusado, de iniciales M.C.M., se saltó para volver a maltratar a la que aún sigue siendo su mujer. La denunciante acudió de nuevo al Juzgado en abril ante las amenazas de muerte e injurias por parte de su pareja, otro delito de violencia de género que está siendo investigado por el Juzgado especializado, según las fuentes consultadas.

En esa ocasión, a las amenazas de muerte, se sumaron “expresiones injuriosas”, según recoge el auto de la juez, en el que se relata que la presunta víctima se encontraba hablando por teléfono con una tercera persona que pudo escuchar los términos en los que el acusado se dirigía a su esposa.

El investigado ya fue denunciado por los mismos delitos por una pareja anterior, protegida mediante una orden de alejamiento que el zamorano quebrantó, por lo que ya tienen antecedentes en este sentido.