Las nuevas restricciones anunciadas el lunes por la Junta de Castilla y León para frenar el avance del COVID en la comunidad autónoma han provocado las quejas de los hosteleros de Zamora, que se han revuelto ante “el daño y el perjuicio” que, a su parecer, suponen para los negocios. El presidente del colectivo Azehos, Óscar Somoza, lamentó que el Gobierno autonómico haya optado por restringir la actividad del sector, “cuando lo peor está en la calle, con las fiestas y los botellones”.

Somoza indicó que la Junta ha emprendido el camino de “cargar contra la hostelería” después de ver cómo el Gobierno le negaba el toque de queda, una decisión que, a su juicio, provocará un aumento de las reuniones privadas. Hay que recordar que las restricciones de la Junta de Castilla y León incluyen el adelanto del cierre de los establecimientos a la una y media de la madrugada, la prohibición del consumir en barra y de pie y la clausura del interior de las discotecas y otros recintos de ocio nocturno.

Para Somoza, esta serie de medidas no son otra cosa que “palos de ciego” de un Ejecutivo autonómico que, bajo su punto de vista, sigue sin entender que “la gente está mejor dentro de los locales, sometida a los controles”. El responsable de Azehos insistió en que, fuera del marco de la hostelería, “es donde se producen más contactos y aglomeraciones, especialmente entre la gente joven”.

En este punto, Somoza reconoció el valor que podría tener un toque de queda entre la una y las siete de la madrugada y le afeó a la Junta que haya resuelto tomar medidas para restringir la actividad hostelera en lugar de “insistir” para lograr una limitación de la movilidad general: “Ahora espero que los agentes actúen en la calle para vigilar lo que ocurre, porque lo que siempre se ha inspeccionado son nuestros locales”, apuntó el representante de Azehos.

En cuanto a lo que está por venir, el representante zamorano del sector reconoció que estas restricciones podrían dañar mucho a los bares y restaurantes de los pueblos si se prolongan más allá del 3 de agosto, como todo hace indicar. Somoza habló de “pérdida importantísima” para unos negocios que suelen aprovechar el verano para salvar el año: “Hay que apoyar a este sector que tiene una gran cadena de valor”, reclamó finalmente el presidente de Azehos.

La explicación de la Junta

Las valoraciones de Somoza llegaron después de que el representante de los hosteleros escuchara las explicaciones del vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, y de la consejera de Sanidad, Verónica Casado, acerca de las medidas que se han tomado para tratar de frenar la expansión de la quinta ola. El número dos del Ejecutivo autonómico aseguró que la intención de su Gobierno ha sido mantener “el equilibrio” y evitar un castigo excesivo a determinados sectores, algo que no todos los implicados han entendido de este modo.

Por otro lado, Igea sí dejó clara la importancia de que las fuerzas de seguridad actúen para garantizar el cumplimiento de las normas y les pidió que sean “rigurosas” con las sanciones. El vicepresidente autonómico deslizó que se debe “extremar la vigilancia” para controlar reuniones como las que se organizan para beber en la vía pública, y volvió a recomendar que se eviten los encuentros sociales fuera del grupo de convivencia.

Lo que sí defendió con más claridad el vicepresidente de la Junta fue el cierre de las discotecas y salas de fiesta de la comunidad autónoma, al entender que albergan eventos “supercontagiadores”, y se mostró tajante también al subrayar que existe una responsabilidad compartida entre los negocios y el cliente para que este último haya abandonado los establecimientos antes de la una y media.

Por su parte, Verónica Casado reconoció nuevamente que, a su juicio, el toque de queda era la solución más idónea en el contexto actual y aclaró que es la negativa del Gobierno central y el informe de los servicios jurídicos lo que les ha llevado a rechazar esa posibilidad y a optar por las medidas “más quirúrgicas y selectivas posibles”.

Casado citó el toque de queda, junto a la vacunación y el uso de la mascarilla, como las medidas más eficaces para proteger a la población del COVID y apeló de nuevo a la responsabilidad individual para blindar a un sistema sanitario cuyos profesionales se encuentran “absolutamente exhaustos”.

Igea desliza que la fiesta de después de las bodas “no es buena idea”

Las bodas mantendrán el tradicional vals de los novios ante esta quinta ola del COVID-19, pero la Junta recomienda no organizar el baile habitual tras el banquete para todos los invitados al evento. “No es buena idea”, afirmó este martes el vicepresidente y portavoz del Ejecutivo autonómico, Francisco Igea. En ese sentido, el vicepresidente autonómico indicó que los novios, al ser “convivientes”, pueden bailar el vals, pero añadió que las fiestas de las bodas se sabe cómo empiezan y cómo acaban”.

En este punto, Igea ironizó con el hecho de comparecer para anunciar la prohibición del baile en las bodas y aclaró que pueden celebrarse eventos y banquetes, aunque aconsejó a la población que no haga lo que se hace habitualmente a las dos de la mañana, tras haber comido y bebido. A juicio del vicepresidente, se deben evitar las situaciones “de riesgo”, como que 200 invitados se pongan a bailar y saltar “sin más”.

El cierre de los parques busca limitar el impacto del botellón

El vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, indicó que el cierre de parques entre la medianoche y las siete de la mañana responde al intento de acabar con el botellón, una vez se ha resignado a no poder implantar de nuevo el toque de queda. “Puedo no hacer nada o trabajar con las herramientas que tengo”, indicó el dirigente político, que admitió que su alternativa resulta “menos eficaz”, pero reiteró que es mejor que “no hacer nada”.

Además, Igea reconoció que la medida puede resultar “inocua” en algunos lugares, pero insistió en que la población debe conocer que estas instalaciones están cerradas, por lo que, si permanece en ellas, estaría vulnerando las normas. Además, confió en que los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado se encarguen de vigilar y de las sanciones. Igea insistió en que se presenta la “dicotomía” de siempre sobre la utilidad de las medidas, pero recalcó que la Junta va a “remar con el remo” que tiene y que a su juicio se parece más a “una cuchara”.

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