“Ponen vallas en el medio y lo único que están haciendo en vez de evitar contagios es evitar que los vendedores podamos comer, literalmente”, declara Luis Salazar desde el puesto de su suegra en el Alto de los Curas.

El segundo martes de julio, las calles del mercadillo comienzan a estar más transitadas que hace unos meses. Desde los puestos aseguran que la gente se está empezando a “animar un poquito” y “quitando el miedo”. A ojo, la escena que se ve desde los puntos de venta ambulante es de una mayor movilidad de personas en comparación al verano pasado.

Medidas de seguridad a la entrada del mercadillo. | Emilio Fraile

Ha pasado ya más de un año desde que el mercadillo pudo volverse a abrir respetando unas nuevas medias acordes a la situación sanitaria. Restricciones adaptadas a la entonces “nueva normalidad” que en un principio no sentaron muy bien entre los comerciantes, pero a las que había que adecuarse para poder volver a la actividad.

Pedro Jiménez, presidente de la asociación de vendedores ambulantes de Zamora, reclama la retirada inmediata de las vallas que delimitan el circuito del mercadillo porque las consideran innecesarias y lo único que están haciendo es perjudicar a los vendedores. “Lo que nos está matando son las vallas. Dicen que esto es un recinto cerrado, pero aquí estamos a aire libre. Por esta regla, Santa Clara será más cerrada, porque la calle es más estrecha que esta. Son cosas que en su momento estuvieron bien hechas, pero a estas alturas no se entienden, no concuerdan. Que no me digan que son medidas porque muchas calles están más llenas y no hay ninguna regulación como la que nos obligan a tener aquí.”

Jiménez, en compañía de los vendedores, manifiestan su “fastidio” por este asunto. Lo que los comerciantes ven incomprensible es que una fila de vallas divida a la mitad el mercadillo situado al final de la avenida Príncipe de Asturias, que tiene una anchura considerable y, sin embargo, en el Alto de los Curas, una calle mucho más estrecha, no se ponga nada. “¿Aquí hay contagios y allí no?”, preguntan indignados. “Nos dicen que los puestos más estrechos y lo hacemos, pero es que a ellos les da igual. Que tenemos que encoger un poquito, lo encogemos, pero es que ellos solo se centran en las vallas y no entendemos muy bien el porqué”, explica el presidente.

Con todo esto, José Javier Fernández, uno de los vendedores habituales en el Alto de los Curas, asegura que están en una situación “muy difícil” y que todo va “muy flojito”. “La cosa va muy parada, los gastos siguen siendo los mismos. Agradecer a los ayuntamientos que sí están flexibilizando un poquito, nos están ayudando y no nos han quitado de trabajar. La gente ha venido mucho menos que antes y no tiene mucho ánimo de gastar dinero.” Respecto al tema de las restricciones, Fernández cree que están bien. “Nosotros estamos al aire libre. Aunque ahora hay muchos contagios pienso que la pandemia estaba peor en otros momentos. Nosotros aquí seguimos teniendo el gel, usamos la mascarilla, entre puesto y puesto mantenemos una separación por distancia de seguridad, no creo que falle nada”.

Luis Salazar es uno de los perjudicados por el asunto de las vallas. “Yo en mi caso estoy poniéndome en el puesto de mi suegra, porque en la zona donde tengo yo mi puesto no podemos ponerlo a causa de las vallas. Yo tengo un furgón muy grande y la zona es muy estrecha, en ocasiones hemos tenido discusiones entre compañeros a causa de eso. Lo de las vallas es que no tiene sentido. Dime qué medidas se están regulando si aquello es más ancho y esto más estrecho y están poniendo vallas aquí y allí no. Nos quejamos de que nos oprimen bastante, ya tenemos suficiente con la crisis económica que nos está dejando la pandemia. Las vallas no evitan contagio de ninguna clase. Estamos en la calle y entre nosotros hay la distancia de seguridad que está marcada”, concluye Salazar.

La llegada del verano augura una recuperación en la caja de los vendedores ambulantes que manifiestan seguir estrictamente todas las normas establecidas y piden como medida de desahogo la retirada de las vallas que, a su parecer, no sirven para “evitar los contagios” siendo ese su único cometido.