Hay que ponérsela. La manera de acabar con el virus tiene que ser ésta”. Habrá quien, seguro, tenga dudas e incluso miedo a la vacuna de AstraZeneca, pero desde luego no más que antes de todo el episodio de la suspensión de la campaña y los cambios en la pauta de administración. De hecho, la impresión en el centro de vacunación del Teatro Ramos Carrión es que estaban acudiendo más personas que el martes, que fue la primera jornada en que se empezó a inmunizar a los zamoranos de 65 años, quizá porque la convocatoria entonces fue tan rápida que la gente apenas tuvo tiempo de enterarse.

La idea común que expresaban algunas de las personas que aguardaban la cola poco antes de que abriera el centro, a las tres de la tarde, era clara: la vacuna es la única alternativa real ahora mismo para acabar con el virus. Por tanto en la confianza de que traerá más beneficios que los posibles perjuicios que pueda ocasionar, los zamoranos de 65 años acudieron en buen número a ponerse la dosis. Entre ellos, algunos rezagados del mes de enero que no pudieron ir la primera jornada o el vecino de Zafara que acudió por equivocación cuando se había suspendido la administración de la dosis, el pasado miércoles.

Las opiniones de los ciudadanos que esperaban a la vacuna Sara Rodríguez

En la jornada de ayer sí se dejó sentir la falta de vacunas de AstraZenca. Se vacunó en Zamora a 1.734 personas con todas las marcas, frente a las 2.385 de la jornada precedente. Seguramente los datos de viernes y sábado incrementen notablemente estas cifras de vacunados.

“Debería haber puntos de vacunación más cerca de Toro”

Lo importante es tener la vacuna, y poder ponérsela. Manuel Galicia llegaba desde Toro “deseando ponérmela”, aunque hubiera deseado que el punto de vacunación estuviera más cerca de su localidad para la gente de la zona. “La vacuna tiene más beneficios que los posibles riesgos”.

De la zona de Alcañices venía Nati Pérez, quien también pensaba que hubiera sido mejor acercar un poco los puntos de vacunación a las zonas más alejadas. “La única pega que pongo es eso que hicieron, decir hoy sí, mañana no la pongo. Miedo no tengo, si no no estaba aquí. Confío en las vacunas, aunque como todos los medicamentos pueden dar reacciones adversas”. Consuelo García Estevez venía desde Corrales como acompañante. “Hay que vacunarse, ponerse la inyección, la que toque, porque va a ser la única forma de acabar con esto. Sí te da un poco de incertidumbre por lo de ayer (la suspensión de la campaña), pero estamos concienciados de que hay que hacerlo, es así”.

De la misma opinión era el zamorano de la capital Alfredo Rivas: “Hay que ponérsela. La manera de acabar con el virus tiene que ser ésta. Estoy vacunado hasta contra la viruela, ya me da lo mismo”. Todos ellos, como otros muchos cientos de zamoranos, pasaron por el centro de vacunación del Teatro Ramos Carrión y tras un pinchazo, salían tocándose el brazo, algunos apenas sintiendo el pinchazo, otros con una sensación más notoria, como de inflamación, pero ningún efecto grave.

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