En plena tercera ola, la consigna es clara: hay que evitar los contactos sociales. Esa premisa se encuentra detrás de los aplazamientos de actividades y de los cierres de los recintos culturales decretados en las últimas horas en Zamora. La Junta ya anunció el jueves la clausura temporal de los museos y bibliotecas que dependen de su gestión, un guante que recogieron ayer las instituciones locales.

Por un lado, el Ayuntamiento de Zamora decidió cerrar todos sus edificios culturales siguiendo las recomendaciones de la institución autonómica. De esta manera, a la ya anunciada suspensión de la actividad del Teatro Principal, se suman ahora todas las citas programadas en las bibliotecas y centros dependientes de la administración municipal. El Castillo, el Museo de Baltasar Lobo, las Aceñas de Olivares y el Centro de Interpretación de las Ciudades Medievales permanecerán clausurados hasta nuevo aviso, así como el salón de actos y la sala de exposiciones de La Alhóndiga. En el caso de las bibliotecas municipales, se mantendrá el servicio de préstamo bajo demanda, bien por teléfono o a través del correo electrónico.

Espectáculo celebrado hace unas semanas en el Ramos Carrión. | Emilio Fraile

El mayor de los contratiempos lo sufrirá el Teatro Principal de Zamora, que se ha visto en la obligación de suspender hasta ocho espectáculos programados para los meses de enero y febrero. La venta de entradas, de hecho, se ha paralizado y la propia institución se encargará de devolver el importe de las entradas que ya han sido adquiridas. La cancelación de las funciones se realiza “de forma cautelar”, aunque desde el liceo han asegurado que están abiertos a modificaciones “en función de la evolución de la pandemia y las recomendaciones de las autoridades sanitarias”.

En una situación similar está el Teatro Ramos Carrión. Los gestores del liceo provincial también capitularon este viernes y determinaron aplazar toda su programación presencial entre los días 24 de enero y 14 de febrero. La causa es la misma: “la crítica situación epidemiológica” que padece el territorio. La Diputación respaldó una decisión difícil, a apenas unos días de uno de los platos fuertes del invierno en el recinto cultural zamorano, con la celebración de los conciertos de la Feria Hispano Lusa de la Industria Musical, previstos para la última semana de enero.

De este modo, las actuaciones de Kutxi Romero, Rulo y la Contrabanda y Albert Pla, así como la proyección del documental de El Drogas, quedaron aplazadas ayer, al igual que la propia feria en la que estaban enmarcadas. Las instituciones locales instaron a los responsables de la muestra musical a posponer un evento que ya tiene nueva fecha en el calendario.

Si nada se tuerce de aquí a entonces, lo cual es mucho decir, la feria se celebrará del 26 al 28 de marzo, con la presencia también de los artistas de reconocido prestigio que tenían previsto acudir en los próximos días al Ramos Carrión. De hecho, según la organización, “la idea es intentar mantener todas las actividades previstas, con los mínimos cambios o modificaciones posibles”. “Esperamos que esta situación extrema actual remita lo antes posible, y seguimos trabajando para hacer realidad la celebración de la FHLIM”, subrayaron los responsables del evento.

Cabe destacar que los conciertos en el teatro suponían solo la guinda de un evento que preveía congregar a 150 empresas del sector musical en Ifeza, y que había programado más actuaciones, proyecciones y encuentros para esta cita. No en vano, ya habían comenzado los preparativos y la instalación de expositores en el recinto ferial, con el objetivo de trazar un dispositivo seguro en plena crisis sanitaria. Finalmente, la organización y los participantes deberán esperar un momento más propicio.

Con este panorama, la ciudad se ha visto privada de una buena parte de las actividades de ocio cultural que se pueden disfrutar de forma presencial en Zamora. Casi todas ellas regresarán cuando pase esta tercera ola, pero mientras tanto, en teatros, salas y museos, todo está aplazado por la pandemia. Zamora se cierra ante el avance de la tercera ola. Aun sin confinamiento estricto como el de primavera, el cierre perimetral de la provincia, el toque de queda a las ocho, las fuertes limitaciones a la hostelería y, ahora, la clausura de los edificios culturales y el aplazamiento de las diferentes actuaciones y eventos ponen las suficientes trabas a la vida social como para mantener a la gente en sus casas. No en vano, ese es el objetivo. Mientras tanto, la programación de los teatros, la feria de la industria musical o los conciertos previstos para finales de enero tendrán que esperar un momento más propicio. Hoy por hoy, toca protegerse.