El Juzgado de lo Penal acaba de condenar a medio año de prisión a una persona que usurpó la identidad de otra para formalizar un contrato de telefonía móvil, del que nunca abonó una sola factura, a pesar del gasto mensual que hizo durante un tiempo con el terminal.

La persona imputada en una práctica que es bastante habitual se enfrentaba a un año de prisión, pena que solicitaba la Fiscalía Provincial y que se redujo a la mitad después de que admitiera haber utilizado la identidad de otra persona para comprar el teléfono. La intención era disponer de un móvil sin tener que pagar nada por el consumo, como así fue hasta que la investigación policial dio sus frutos.

La compañía de telefonía móvil endosaba las facturas del terminal a la mujer que resultó ser la perjudicada, sin conseguir que se hicieran efectivas, puesto que esta persona no había ni comprado el móvil ni la línea por la que se le reclamaba un dinero.

El reiterado requerimiento de la compañía telefónica de los gastos de la línea en base a un contrato que nunca llegó a autorizar ni a firmar llevó a la perjudicada a tener que denunciar ante el juez la situación para terminar iniciando un procedimiento judicial contra quien había suplantado su identidad para llevar a cabo la operación, con el uso de su Documento Nacional de Identidad, su dirección y sus datos bancarios.

La persona a la que se le reclamaban los gastos mensuales de consumo de la línea móvil tuvo que demostrar que nunca había suscrito contrato alguno con esa compañía y que su número de teléfono no coincidía con el registrado por esa compañía. Las indagaciones de la Policía Nacional lograron determinar qué persona había utilizado los datos personales de la perjudicada.