A las once menos cuarto de la mañana se celebra en Cristo Rey la vigilia por el eterno descanso de Felisa Gallego Amigo, la primera sanitaria zamorana fallecida por el coronavirus, enfermedad que no pudo superar tras permanecen ingresada en las UCIs de Zamora, primero y Salamanca, más tarde. Felisa Gallego trabajaba desde hace muchos años como auxiliar de enfermería (ahora denominadas técnicos en cuidados auxiliares de enfermería, TCAE) en la Unidad de Digestivo del hospital Virgen de la Concha, donde su muerte ha sumido en un profundo pesar a sus compañeros y amigos. Lo expresa la supervisora de la Unidad, Chelo Ortiz Martín: “Estamos muy apenados, sentimos un gran dolor por una pérdida muy grande, sentimos un vacío enorme en el servicio y creo que en todo el hospital. Felisa era una persona con buen carácter, alegre y siempre dispuesta a ayudar a las compañeras, una luchadora cuya pérdida es muy difícil de asumir”. “Era de esas personas que nunca miraba el reloj”, recuerda una compañera auxiliar del mismo servicio, que certifica el carácter afable de Felisa, lo que le granjeaba el aprecio de todos sus compañeros.

La auxiliar de enfermería, a la izquierda, con compañeras. | Cedida

“Estamos muy apenados. Ha luchado hasta el final, siempre pensando que podría recuperarse y volver con nosotros, primero en la UCI de Zamora y luego en la de Salamanca donde recibía una terapia que aquí no tenemos. Es un día muy duro”.

La muerte de Felisa ha vuelto a traer al primer plano de la actualidad a los sanitarios que están cuidando de los enfermos de coronavirus y expuestos, por tanto, más que nadie a un posible contagio por estar en primera línea. Los datos indican que de los 2.909 sanitarios que trabajan en Zamora en estos momentos tres de cada cuatro se han sometido a pruebas PCR o similares, y casi un 9% ha dado positivo. Resultado, 256 profesionales que trabajan en la sanidad zamorana han contraído la enfermedad, cien de ellos ya recuperados y otros 156 aún en aislamiento, con colectivos como las enfermeras, médicos, auxiliares y celadores a la cabeza de las infecciones, de las que tampoco se libra el resto de las categorías. No se había registrado, hasta ahora, ningún fallecido, hasta que se produjo la muerte de Felisa que es la primera aunque no se sabe si la última entre los profesionales sanitarios, ya que algunos han permanecido en estado grave.

“Cuidamos del coronavirus pero también del resto de enfermedades, no lo olvidemos. El colectivo sanitario siempre está expuesto, aunque siempre hemos estado protegidos, hemos tenido equipos de protección individual. Como colectivo sabemos que estamos expuestos no solo al coronavirus sino a un montón de enfermedades que es necesario atajar. Por eso no comprendemos cómo aún hay parte de la población que no toma en serio este problema tan grande y que tenemos que combatir entre todos, asumiendo las medidas que nos han indicado las autoridades sanitarias. Hay una parte de la población que aún no es consciente de este problema, de lo importante que es utilizar la mascarilla, la distancia de seguridad, porque esto no es una broma y estamos viviendo momentos muy dolorosos”.

“Sabemos que es nuestro trabajo, nos ha tocado, como el que está en una obra y sabe que puede tener un accidente; es un privilegio poder ayudar a la gente, pero estamos deseando y tenemos la esperanza de que esto acabe algún día”, decía una compañera de Felisa.

Llevarse el virus a casa es otra preocupación añadida de los sanitarios: “Como todo, en esto también se va aprendiendo y siempre hemos tenido mucho cuidado con la gente que tenemos alrededor, sobre todo cuando hay familiares o padres a cargo. Hemos hecho muy bien siempre las cosas, teniendo mucho cuidado, tomando las medidas que a Dios gracias no nos han faltado en el hospital”.

La muerte de Felisa trae también a primer plano a un colectivo profesional, el de los auxiliares de enfermería cuya labor se eclipsa por la de médicos y enfermeras. “Son una pieza fundamental del sistema sanitario, porque prestan todos los cuidados básicos y necesarios para el paciente. Y hacen su trabajo con mucho cariño, algo muy importante sobre todo en esta época en la que los enfermos ingresados están sin acompañamiento. Hemos tenido mucho cuidado en intentar que los pacientes ingresados estuvieran más acompañados, hacer ver que estábamos ahí, incluso reconocibles por la voz o por algún detalle, porque es difícil reconocer a una persona enfundada en un epi. Hemos vivido la dureza de despedir a los seres querido con una falta de contacto y por eso tratamos de darles una caricia con la voz, hablarles con ese cariño que ella ponía, esa alegría que transmitía a los compañeros y pacientes”, explica Chelo Ortíz.

Sacyl ha convocado un minuto de silencio este lunes a las 12 del mediodía a las puertas de hospitales y centros de salud y lo mismo harán las instituciones reunidas en el Centro Coordinador Cecopi.