Los embalses de Zamora lucen una estampa atípica para la fecha que corre en el calendario. A día de hoy, los pantanos de la provincia almacenan 687 hectómetros cúbicos de agua sobre una capacidad que asciende a 1.767. Esto significa que la ocupación apenas supera el 38%. La cifra es casi quince puntos inferior que la registrada en la misma semana del año 2019. En comparación con la serie histórica de la última década, la capacidad se sitúa ocho puntos por debajo de lo que suele ser habitual.

La situación de los pantanos, pese a lo que pudiera parecer, está controlada. Hace poco más de un mes se produjo un desembalse generalizado para poder hacer frente a las avenidas que pudieran surgir a medida que avancen los meses. De hecho, en valores absolutos, la mayoría de los embalses se encuentran en niveles aceptables. Todos, menos Ricobayo. La gran concentración del Esla mantiene 355 hectómetros cúbicos de agua empantanada; apenas un 31% de su capacidad total de 1.145 hectómetros cúbicos. Son veinte puntos menos que en la misma semana del pasado año y diez puntos por debajo de la media de la década. Evidentemente, sus números tiran hacia atrás de la media provincial.

Cernadilla, por su parte, también se encuentra bajo, aunque controlado. El segundo embalse de Zamora en capacidad se encuentra al 26%, con una acumulación de agua de 67 hectómetros cúbicos sobre un total de 255, según el Boletín Hidrológico del Ministerio de Transición Ecológica.

El resto de pantanos muestran números normales para la época del año. Así, Castro, Agavanzal, Valparaíso y Villalcampo rondan el 80% de su capacidad de agua embalsada a fecha actual.