Las trabajadoras de la ayuda a domicilio han dicho basta. Las constantes negativas de la patronal para mejorar sus condiciones laborales han provocado la ruptura de las negociaciones y el paso a la acción, con el objetivo de reivindicar lo que piensan que es de justicia. Pese a que la situación sanitaria impide cualquier tipo de protesta en la calle, el sector se ha organizado para lanzar sus mensajes a través de diferentes canales en la red. En ellos, explican cómo las empresas quieren “ahorrar a costa de quienes cumplen con una labor social” y desvelan cuáles han sido las “inaceptables” propuestas ofrecidas en la mesa de negociación, de la que se levantaron el pasado mes de septiembre.

La problemática a la que se enfrentan las trabajadoras de la ayuda a domicilio en la provincia, que son 550 entre los contratos que dependen de la Diputación Provincial y los del Ayuntamiento de Zamora, nace a raíz de la necesidad de firmar un nuevo convenio regional tras varios años arrastrando un documento caducado. Sin embargo, las aspiraciones de las profesionales han sido echadas por tierra por la patronal, que ha ofrecido unas condiciones “imposibles de aceptar” para el sector. Según han desvelado desde UGT Zamora, la propuesta de las empresas era la de dar por perdido el año 2019 en materia salarial, continuar sin subidas en este año 2020, incrementar un 0,25% en 2021 y destinado al plus de transporte, subir un 1% en 2022 y concluir con un 1,5% en 2023. Y a ello, habría que añadir que solo en el año 2022 se podría “llegar a considerar” el cien por cien del tiempo empleado en el desplazamiento a los domicilios como tiempo efectivo de trabajo. “Son condiciones inaceptables que suponen un retroceso laboral que no estamos dispuestas a consentir tras años de precariedad”, explica Rosana Andrés, representante del sector en UGT Zamora.

La consideración del desplazamiento como tiempo efectivo de trabajo es una de las principales reivindicaciones de unas trabajadoras que sufren la precariedad en sus contratos. Como explica Rosana Andrés, existen muy pocas jornadas completas en el servicio que presta la Diputación Provincial. “La mayoría trabaja con jornadas parciales y dependen del número de usuarios que puedan atender. Si hay usuarios, tienes trabajo; si no los hay, te quedas sin trabajar”, se queja. Pese a que en la capital esta situación es más estable, las reivindicaciones siguen siendo las mismas para todas: mejores contratos, más estabilidad y protección para un trabajo que fija población.