La construcción de la “ataguía”, el pequeño dique iniciado con dos grandes bloques de hormigón agujereados, que hacen las veces de un pequeño puente, da el pistoletazo de salida a las obras de reconstrucción del azud del río Duero de las aceñas de Cabañales, una inversión con la que se volverá a dar el uso adecuado a la presa que nace al pie de los molinos y concluye por encima del Puente de Hierro, junto al centro de Piragüismo.

La contención del cauce rodeará la parte interior de las aceñas de Cabañales. | Jose Luis Fernández

Esta construcción que sirve para encauzar el curso del agua, ejecutada con la arena extraída del fondo del río, se transformará en un dique de contención del cauce que circula paralelo a esta tramo de la presa situado al pie de las aceñas. Conseguido ese objetivo, cortar el paso de las aguas para que el Duero quede en esa zona prácticamente seco -se instalarán compuertas al inicio de la “ataguía”-, las máquinas podrán invadir el lecho del Duero para reponer el azud. Esa construcción provisional tendrá también que elevarse los metros suficientes para impedir que el cauce la sobrepase en caso de que el caudal aumente mientras se realiza la obra, lo que es muy probable por el tiempo de lluvias que se esperan en este mes de noviembre.

La máquina extraer tierra del cauce. | Jose Luis Fernández

Se reconstruirá el boquete abierto de unos ocho metros de largo, además de la piedra que se ha soltado a ambos lados del tramo deteriorado, explican los técnicos que acometen el proyecto de reparación, adjudicada a Recorsa en 50.000 euros por el Ayuntamiento de Zamora. La llegada de las lluvias acelerará el ritmo de trabajo para evitar que puedan verse afectados por la crecida del río, pasada ya la época de estiaje. El concejal de IU de Medio Ambiente, Romualdo Fernández, anunció que los dos meses estipulados para concluir esta intervención se intentarían dejar en solo uno.

Dos operarios sobre la “ataguía” en construcción. | Jose Luis Fernández

La agilización de los trabajos resulta esencial para garantizar que el dique pueda cumplir su función de contención del caudal y que los operarios puedan desarrollar su trabajo casi en zona seca. La rehabilitación implicará colocar “roca, hormigón y hierro para llevar a cabo una cimentación en condiciones”, apuntan los técnicos de la empresa. La roca se utilizará para forrar el hormigón, elemento con el que también se fijarán las piedras que recubrirán la presa. En la ejecución de la obra se emplearán a fondo entre seis y ocho operarios, además de los camiones y la máquina que está desde el viernes trabajando del Duero. La empresa utilizará el máximo número de personal posible en la ejecución del proyecto, siempre que las condiciones climatológicas lo permitan.

Los camiones entrarán hasta la pradera de las aceñas de Cabañales para transportar el material que se precisa en la reposición de hormigón, de piedra y de elementos de hierro para anclar el azud. El Ayuntamiento adjudicó la obra el verano pasado para atajar el deterioro que la rotura del azud está causando en la isla de Los Conejos, que está horadando la ribera de uno de los espacios que se confía en proteger. Al parecer, la construcción de la presa no fue adecuada para resistir las abatidas del caudal, que llega con fuerza en las crecidas.