¿Observan un teatro por parte de la menor? “No, no se nos plantea que hubiera una fabulación de la menor, nunca dudamos de que fuera real”, las agresiones sexuales relatadas por la niña de 9 años a manos de un guardia civil “fue lo vivido” por la niña: cuatro felaciones en el piso del acusado en junio de 2019. La psicóloga y trabajadora social del equipo psicosocial del Juzgado de Menores fueron contundentes ante las preguntas de la fiscal, ambas otorgaron “credibilidad” al relato de la menor, con el que “transmitía dolor y sufrimiento a la hora de contar”.

Los forenses, por su parte, asistieron a una declaración “espontánea, no inducida” de la pequeña, que les contó directamente “me dijo que se la chupara” porque, si no, iba a matar a sus padres, "no quise pero tuve que hacerlo”, explicó el también subdirector del Instituto Legal de Zamora, Antonio González González en la segunda sesión del juicio que sigue la Audiencia Provincial que decidirá si condena al funcionario, al guardia de iniciales R.A.M. a 48 años de cárcel y 20 de inhabilitación. Desde su experiencia, González indicó que “vi a una niña que tomaba cierta conciencia, en ese momento, de lo grave de lo que vivió” y que tenía “cierta vergüenza” al contarlo, “con tendencia a no querer recordar”.

El forense incidió en que lo relatado por la niña “no tiene por qué ser una invención” y, ante las dudas que planteaba la defensa del procesado, descartó que las variaciones sobre lo ocurrido impliquen “una versión contradictoria”, “no demuestra que pueda haber diferentes versiones, es una niña de 9 años”, reiteró en varias ocasiones para reconducir el tono del letrado. Solo son “detalles periféricos” de lo sucedido, insistieron las técnicos del equipo psicosocial, no determinantes en lo que se refiere a la comisión de las agresiones denunciadas.

“La memoria no es fija”

Frente a la insistencia del abogado de la defensa sobre las diferencias en lo relatado por la menor, a la que calificó de “conflictiva y mentirosa”, el forense le ilustró sobre el mecanismo de la memoria: “la memoria no es algo fijo, se enriquece o se empobrece según la información que se reciba”. Y que cambie, “de un momento para otro, no significa nada en una niña de esa edad", "no implica que haya contradicciones”. El médico que exploró a la presunta víctima volvió a incidir en que “a esa edad es difícil tener un relato de hechos temporales”.

Ante las dudas de la defensa, que llegó a cuestionar la validez del informe psicosocial y de la profesionalidad de la psicóloga y la trabajadora social, estas rompieron en todo momento lanzas en favor de la menor, cuya declaración “fue dificultosa porque encontramos resistencia a relatar lo vivido, le costaba mucho esfuerzo”. En la grabación del examen efectuado por las dos profesionales durante dos horas, “no mentía, siempre mantiene la información central”, que es lo importante para valorar la veracidad y credibilidad de la presunra víctima, “siempre dijo que había sufrido tres felaciones y que, en la cuarta, le mandó bajarse los pantalones y tocó la peseta, se la chupó (la vagina)” y ella “lo que quería era marcharse”.

De igual modo, “describió el pene” de un adulto y en erección, explicaron cuando la fiscal pidió una amplia descripción de su informe pericial, al tiempo que describían cómo “bajaba la mirada, encogía su cuerpo y cambia la voz, no entiende que haya ocurrido” la agresión. Las dos profesionales aseguran que la presunta víctima “no realiza modificaciones aleatorias de la información que va ofreciendo sobre lo sucedido" e insisten en que “si se le hubiera hecho una tercera entrevista, se habrían perdido más detalles” porque “quería olvidar, ella misma lo dice. En los abusos graves es un mecanismo de defensa”, profundizaron las expertas.

“Lo común en abusados”

El abogado del acusado empeñado en demostrar la falsedad de la denuncia llega a decir que “ella se coloca en la misma situación”, casi que busca al guardia de puertas porque la niña sigue bajando al patio, aunque lo tiene prohibido por sus abuelos. “No puedo entenderlo”, termina por decir a las dos peritos judiciales, quienes se remiten a las graves secuelas que deja un abuso sexual en las víctimas para explicar esa reacción.

Las testigos replicaron al abogado que “la niña pensaba que él iba a cambiar”, “hace su vida normal” y, sobre todo, ese comportamiento “no es inhabitual, es muy común, en situaciones de abuso, aunque desde fuera no se entienda”. ¿Por qué no pide ayuda de inmediato, la primera vez? “¡Es una niña de 9 años! ”, insisten las profesionales, “no tiene experiencia para defenderse, no la tiene una mujer adulta…, desde fuera no se entiende”, pero sucede así, el hombre es la autoridad.

UN HOMBRE “RECTO, ESTABLE Y METICULOSO, SIN PERFIL DE ACOSADOR”

Recto, íntegro, estable, meticuloso” y con una vida normalizada, tras superar la adicción al alcohol y a las drogas siendo ya guardia civil. Así describió la psicóloga contratada por la defensa al presunto agresor sexual de la niña de 9 años que vivía con sus abuelos en el cuartel de Puebla de Sanabria donde él también estaba destinado. Apunta que el procesado por cuatro agresiones sexuales a la niña "no es un acosador sexual”. A preguntas de la fiscal, indicó que existe “una baja probabilidad de que cometiera” los delitos por los que está en prisión preventiva desde junio de 2019. La psicóloga, que dijo no haber escuchado a la menor, cuestionó la fiabilidad del informe del equipo psicosocial del Juzgado de Menores que dice que la presunta víctima no miente, el documento “es incompleto porque no aplica el criterio de la credibilidad”, extremo que negaron las peritos judiciales y detallaron el método científico que se usa en estos casos. El juicio continuará el 17 de noviembre al no poder testificar dos guardias por COVID.