Una vida de entrega a los zamoranos

Un recuerdo imborrable para cientos de alumnos de varias generaciones, una destacada labor religiosa y una incansable vocación de servicio a los zamoranos. Este es parte del legado que dejan los salesianos en Zamora, una ciudad que ahora abandonan tras más de 60 años de servicio en la capital. La medida, que afecta a los cinco hermanos pertenecientes a la congregación religiosa que todavía mantenían su residencia en Zamora, responde a «la falta de necesidades que justifiquen nuestra presencia en la capital», según fuentes consultadas por este periódico.

Los religiosos se ocupaban en la actualidad tanto de atender la parroquia de María Auxiliadora, como de impartir clases de religión en el instituto de la Universidad Laboral y de la gestión del Centro Juvenil Trascampus, unas actividades que ahora tendrán que ser reordenadas tras la marcha de los hermanos. Su futuro ya no será compartido, ya que cada uno de ellos recibirá un destino diferente fuera de la provincia. Su traslado se realizará en los próximos meses, ya que su estancia oficial en la capital concluía a finales de septiembre.

La hermandad de los Salesianos llegó a Zamora en 1953 para encargarse de la gestión de la Universidad Laboral, una labor que desempeñaron durante varias décadas hasta 1980, cuando el centro pasó a ser tutelado, primero por el Ministerio de Cultura y luego por la Junta de Castilla y León. El colosal centro educativo llegó a atender a más de un millar de alumnos en sus años de mayor actividad, cuando el número de hermanos salesianos también alcanzó su máximo, cerca de una veintena, a los que se sumaban los profesores contratados para impartir las distintas materias. «Fue una época muy bonita que yo recuerdo con mucho cariño, por eso ahora dejamos Zamora con pena», confiesa uno de los cinco hermanos que viven en la residencia que mantiene la congregación religiosa en la capital, en las inmediaciones de la parroquia de María Auxiliadora. La Universidad Laboral contaba con unas instalaciones punteras para la época, en la que se combinaba la enseñanza de materias regladas, equivalentes a la actual Secundaria y Bachillerato, y la formación más técnica, que se corresponde con la actual FP, con tres talleres de carpintería, electricidad y mecánica, con los que varias generaciones de zamoranos lograron labrarse un futuro profesional.

«La gente salía muy bien formada, dábamos una enseñanza de calidad marcada por los valores de la disciplina, el rigor académico y la exigencia», recuerda con nostalgia uno de los hermanos que llegó a dar clase en estas aulas. También destaca que la formación impartida por los salesianos en la capital se ampliaba al edificio Rey Fernando, posteriormente conocido como CEI y en la actualidad Centro Integrado de F.P. “Ciudad de Zamora”, que llegó a albergar a más de 600 alumnos internos. La antigua Universidad Laboral de Zamora fue la primera de las 21 construidas en toda España destinada a la formación de los hijos de trabajadores afiliados a mutualidades laborales.

A la importante labor realizada al frente de este centro educativo se suma la gestión de la parroquia de María Auxiliadora y del Centro Juvenil Trascampus, que ha contado con una amplia oferta formativa durante los últimos años dirigida a colectivos en riesgo social y que ahora permanece sin actividad como consecuencia de la pandemia, pero con la previsión de retomarla durante los próximos meses. A mayores, los religiosos también se encargaban de mantener la Asociación de Antiguos Alumnos de los Salesianos, que ha organizado numerosos encuentros en Zamora entre estudiantes que pasaron por este centro formativo.