Será el 1 de octubre cuando la USAL abra sus puertas a un inicio de curso atípico para el que se lleva preparando desde agosto. Su rector, Ricardo Rivero, analiza la situación del Campus Viriato de Zamora en este contexto, donde se sigue recuperando matrícula año tras año.

–¿Cómo se presenta el curso 2020-2021 en la Universidad de Salamanca con el COVID-19 como protagonista?

–Estamos adaptándonos a las circunstancias, manteniendo nuestro modelo de docencia de calidad, pero también reforzando el campus virtual con todas las herramientas tecnológicas, muchas más licencias de videoconferencia y aplicaciones a disposición de los profesores, con toda una serie de materias formativas que se están desarrollando en los centros con la participación de toda la comunidad universitaria. Tendremos que ver cómo evoluciona la situación para optar por alguno de los escenarios de bimodalidad previsto.

–¿Era razonable el retraso en el inicio del curso para estar preparados?

–La decisión de comenzar el 1 de octubre se ha demostrado un acierto. Aunque hemos trabajado durante todo el mes de agosto, una coincidencia de inicio simultáneo de todos los niveles del sistema educativo podría haber sido más compleja. Teníamos además algunas actividades académicas aplazadas del curso anterior en determinadas titulaciones y la EBAU, que se ha celebrado en su segunda convocatoria la semana pasada. De manera que comenzar en las mismas fechas que otros años con estas circunstancias y toda la complejidad del inicio de curso de la educación universitaria no era lo más acertado. La Universidad de Salamanca decidió arrancar en octubre y esto nos permite tener todo dispuesto en cada uno de los escenarios posibles y comunicarlo a toda la comunidad universitaria. Creo que ha sido muy prudente.

–En junio anunció que se haría las pruebas COVID a todos los miembros de la Universidad, ¿cómo está siendo el proceso?

–Estamos empezando con todos los miembros de la comunidad universitaria que tienen su residencia en Salamanca, así que también hay personas que trabajan en el Campus Viriato en esa situación. Por la tarde se está realizando la toma de muestras en la Clínica Odontológica de la Universidad de Salamanca a los estudiantes de las titulaciones que han empezado con sus prácticas, a quienes también se les realizó una prueba PCR antes de acceder a las instalaciones del hospital.

–¿Cómo se desarrollará en el Campus Viriato?

–Se comenzará en paralelo al inicio de curso y para ello contamos con la ayuda de la Escuela de Enfermería, dependiente del Sacyl, entidad que colabora en este proyecto. Pero el análisis serológico se realizará en el Servicio de Microbiología del Hospital Clínico de Salamanca. La labor que están realizando coordinadores y voluntarios del proyecto es excelente y se está desarrollando sin contratiempos.

–¿En qué ámbitos ha tenido que invertir más la Universidad de Salamanca para estar listos de cara al inicio de curso?

–Son muchas las medidas que hemos tenido que ir adoptando, como la adecuación de los espacios y, por supuesto, todos los elementos de protección, desde mamparas hasta mascarillas o EPIS y, por supuesto, el proyecto Diancusal de realización de test. También ha habido inversiones en obras que se han desarrollado este verano para habilitar los espacios, a lo que hay que sumar todos los recursos tecnológicos para asegurar la mejor atención en el caso de la virtualización de la docencia, desde equipos informáticos hasta aplicaciones y un nuevo campus virtual.

–¿La adaptación logística ha sido más sencilla en el Campus Viriato, por sus amplias instalaciones?

–Sin duda. Primero, está la buena colaboración entre todas las escuelas que comparten espacios y se coordinan en su organización. Por sus instalaciones, el Campus Viriato es uno de los mejores de España y, aunque mantenemos el número de estudiantes y ha crecido en algunas titulaciones de ingeniería, como es el caso el de la de Informática, lo cierto es que la ratio de metros cuadrados por estudiante en Zamora es óptima en momentos como el actual. Eso facilita mucho las cosas.

–Con la actual situación, ¿será posible realizar la tradicional Feria de Bienvenida para los nuevos universitarios?

–El Servicio de Promoción, Información y Orientación (SPIO) de la USAL, encargado de este evento cada año en colaboración con las facultades, ya me ha confirmado que se hará en formato virtual. Entregaremos un obsequio especial a los estudiantes de primer curso, porque los tenemos que tratar de una manera particularmente atenta, ya que empiezan sus estudios universitarios en un año especial. Pero más allá de esa entrega física del obsequio que se realizará en los centros coincidiendo con el inicio de la actividad docente, se les ofrecerá también toda la información habitual de esta feria sobre los distintos servicios de la USAL de manera virtual.

–Hablaba antes del refuerzo de las clases virtuales pero, ¿es necesario también un refuerzo de profesores, como ha ocurrido en la educación no universitaria?

–Estamos desplegando planes de relevo generacional y refuerzo de la plantilla a través de la contratación de profesores y ayudantes de doctores. No es tan sencillo encontrar docentes de perfil universitario como pueda serlo en los niveles educativos no universitarios, pero aun así, el Vicerrectorado de Profesorado está trabajando en la gestión de una bolsa para contemplar las situaciones de contingencia que puedan darse. Además, vamos a ser muy considerados con todas las personas de la comunidad universitaria que se encuentren en grupos de riesgo, a quienes les ofreceremos alternativas de virtualización, porque no queremos que nadie se encuentre en una situación de riesgo, dadas las cifras epidemiológicas y la circunstancia de contagio actual.

–Echando la vista atrás, ¿fue una decisión acertada cerrar la universidad a mediados de marzo?

–Esa decisión solo se puede entender en un contexto de emergencia y de alarma máxima. Hoy el sistema se ha coordinado de manera que cualquier decisión de ese tipo ha de pasar por las autoridades sanitarias y educativas autonómicas, hasta el punto que se ha previsto en las conferencias de los responsables de Sanidad y Educación de las comunidades autónomas trasladar ese tipo de planteamientos al Ministerio de Sanidad para que las valore. Es decir, se ha centralizado y coordinado para tomar una decisión de esa naturaleza. Hay que recordar, sin embargo, que la situación en torno a mediados de marzo, cuando se anuncia la declaración del estado de alarma, era una situación inédita y extremadamente grave. Pero creo que el contexto actual de coordinación es preferible.

–Lleva en el cargo de rector de la USAL desde 2017. ¿Qué objetivos marcados ha logrado hasta la fecha?

–Una propuesta estratégica que hemos priorizado durante todo este tiempo de gestión, además de mantener el prestigio y la posición nacional e internacional de la Universidad de Salamanca, era revertir la tendencia de los diez años anteriores de pérdida de miles de estudiantes. En este momento, tenemos unos 4.000 estudiantes más que la Universidad de Valladolid, lo que no es una cifra menor, teniendo en cuenta que si hablamos de grado estamos por encima de los 20.000, cuando la Universidad de Valladolid está alrededor de los 16.000 y pico. Y en posgrado nuestras cifras son muy superiores. Hemos crecido en todas las ofertas académicas y también estamos creciendo en másteres universitarios, algo que todos los actores del sistema consideraban imposible este año, por la pérdida de estudiantes internacionales.

–Un dato para el optimismo.

–En estos momentos, tenemos más estudiantes matriculados en máster universitario oficial que el año pasado, cuando ya hubo un crecimiento de cerca de 300 con respecto al curso anterior. Hay que pensar que muchos de esos estudiantes son internacionales y de altas capacidades, que se suman también a través de la realización de sus trabajos de fin de máster y tesis doctorales a los grupos de investigación y a la productividad investigadora y de transferencia de conocimiento. En un contexto de despoblación de nuestro entorno, que la provincia de Zamora comprende muy bien, atraer jóvenes de toda España y de todo el mundo para que vengan a Zamora, Salamanca o Ávila a prepararse humana y profesionalmente para su futuro —y que quizá alguno permanezca aquí y así retener población joven que no necesite irse lejos— era y sigue siendo un objetivo estratégico. En los tres sucesivos inicios del curso académico hemos logrado, incluso este año, esos sucesivos crecimientos. Podrían haber sido mayores este curso, pero la adversidad era muy notable.

–¿Y qué se ha conseguido en el Campus Viriato?

–Las cifras de pérdida de estudiantes del Campus Viriato son conocidas por todos y hemos conseguido frenar ese proceso. Nos va a todos mucho en ello y por eso hemos colaborado con las instituciones en este sentido y vamos a seguir haciéndolo. Atraer a jóvenes de toda España y el mundo produce no solo una mejora cuantitativa de cifras, sino también cualitativa, porque los perfiles de esos estudiantes son mejores, así que, al incrementarse la demanda, los requisitos de acceso son más exigentes también. No hay una incompatibilidad entre la cantidad y la calidad y la presencia de esos jóvenes en un territorio como el nuestro es un signo de esperanza. Por otro lado, todavía hay muchos desafíos pendientes, sin duda, pero esta circunstancia del incremento progresivo de la demanda de cursar estudios y realizar proyectos de posgrado vinculados a la investigación en la Universidad de Salamanca pone de manifiesto el mantenimiento de su imagen y prestigio.

–Una de las instituciones con las que ha colaborado la USAL en este sentido es con el Ayuntamiento de Zamora, ¿qué resultado ha tenido la campaña de promoción del campus?

–Finalmente, tras los meses más difíciles del estado de alarma, se pudo lanzar la campaña, pero en unas condiciones distintas a los años anteriores, más tarde y con todas las dificultades propias del contexto actual. Pero ese primer ensayo de colaboración se ha concretado en contenidos comunes promocionales y en una estrategia compartida que, probablemente, tendrá más frutos aún el próximo curso, así que no hemos perdido el tiempo en este trabajo con el Ayuntamiento, sino que lo hemos consolidado.

–¿Son esperanzadores los primeros datos de matriculación de este curso en el Campus Viriato?

–No solo no se pierden estudiantes, sino que se observa un crecimiento en algunas titulaciones de ingeniería. Querríamos que fuera mayor, y seguro que con el grado de Aplicaciones Interactivas y Videojuegos que contemplamos para el próximo curso se producirá ese aumento, pero este año, con las condiciones del entorno económicas y dificultades de atracción de muchos estudiantes para trasladarse a otros lugares era imposible que hubiera cifras grandes. No perdemos estudiantes, al contrario, observo un crecimiento y hay titulaciones que se mantienen en condiciones óptimas, como es Enfermería. La Politécnica experimentó una crisis como consecuencia de la caída de la demanda en Ingeniería Civil otras titulaciones vinculadas a la construcción, pero se está recuperando por la vía de otros grados.

–¿Aplicaciones Interactivas y Videojuegos será ya una realidad el próximo septiembre?

–Está en el mapa de titulaciones acordado con la Junta de Castilla y León y se han ido comunicando cada uno de los pasos que se han dado internamente. Es un proyecto en trámite, así que queda un año exacto para poder desplegarlo._Con toda seguridad tendremos ese título en el Campus Viriato y representa una apuesta clara de la USAL por este campus, porque son muy pocas las nuevas titulaciones que se despliegan de un curso a otro en grado. Hacerlo en Zamora es por una convicción estratégica de las oportunidades y de las necesidades que el Campus Viriato representa, así que el año que viene el crecimiento está garantizado, aunque solo sea por el incremento en la oferta de grados.

–Hace una semana visitó Zamora para apoyar un acto de mujeres ingenieras. ¿Es una preocupación de la USAL la baja matriculación femenina en estos grados técnicos?

–Necesitamos más vocaciones en el ámbito de las carreras de ingeniería, en la medida que la inserción laboral y las oportunidades de empleabilidad y retributivas son excelentes. Además, como demostraron las ingenieras que intervinieron en ese acto, sus capacidades son extraordinarias y las profesionales españolas están triunfando por todo el mundo. La Universidad lleva ya dos años realizando campañas exhaustivas de promoción para la incorporación de las chicas a estas titulaciones, pero donde hay que crear conciencia es en las familias y en la educación Secundaria. Es ahí donde optan en menor número por los itinerarios formativos que luego conducen a la formación en una carrera técnica. Es decir, cuando nosotros intentamos convencer a los estudiantes de Secundaria de que cursen una ingeniería, nos encontramos con que la opción está previamente ya condicionada. Hay una falta de comprensión actualizada en las familias y en los jóvenes de qué itinerario formativo va a garantizar una mayor empleabilidad y oportunidades profesionales más inmediatas, por no hablar de aspectos retributivos más altos. A veces, las familias y los propios jóvenes manejan información desactualizada sobre qué titulaciones les van a asegurar una empleabilidad muy atractiva desde el punto de vista profesional. Las titulaciones que presenta el Campus Viriato tienen esas características y, sin embargo, no son muy demandadas.

–¿Cómo cuáles?

–Hay titulaciones con altísimos niveles de empleabilidad vinculadas al territorio, como puede ser Ingeniería Agroalimentaria, que tiene buenos niveles retributivos y que todavía cursan muy pocas personas, no solo mujeres. Esa es una paradoja que tiene sus implicaciones de carácter informativo y las familias no recaban suficiente información en el momento en el que sus hijos toman la decisión en Secundaria. Las familias tienen que ser conscientes de que en las ingenierías hay una oportunidad profesional de futuro en estos tiempos tan difíciles que vivimos y que tienen esas carreras en Zamora.

–En 2019 y 2020 usted aparece en listas de las personas más influyentes en el ámbito de la educación, ¿conlleva este reconocimiento una gran responsabilidad?

–Eso solo tiene una explicación, que es representar a la Universidad de Salamanca. Quiero decir que no es un mérito mío para nada. Ser rector de la Universidad de Salamanca sí es una gran responsabilidad, al ser una institución que se identifica con una historia y una reputación educativa de tal calibre que es lo que explica este dato, pero no tiene nada que ver con mi persona.

–Pero esa reputación también hay que saber mantenerla.

–Ese es un objetivo permanente, conservar todo el valor del que somos responsables en este momento con la presencia territorial y también espiritual de la USAL, tan presente en otros países. Esta misma semana nombraron ministro de Justicia en Colombia a un ex estudiante de la USAL que fue alumno mío, pero es una noticia muy habitual. El vicepresidente de la República de Paraguay, los ministros de Justicia y Anticorrupción de Brasil, el titular de Justicia de Colombia o cuatro ministros de la República de Ecuador, por poner algunos ejemplos, son egresados de la Universidad de Salamanca. Y también hay alumnos en EE UU, Japón y toda Europa, con especial representación en la Comisión Europea.

–Eso tiene que ser todo un orgullo.

–Históricamente, siempre ha sido así por la vocación internacional de la USAL, pero es bueno que se mantenga y eso no lo pueden decir muchas universidades. Además, ahora hay mucha más competencia porque hay diez veces más universidades en el sistema y seguimos atrayendo estudiantes de estos perfiles y gente con altas capacidades que quiere cursar sus estudios en la Universidad de Salamanca por prestigio y porque nuestros profesores están muy dedicados a la docencia y a la investigación, algo que caracteriza a la USAL y que también nos diferencia de otras universidades.