Tenía signos de asfixia y su domicilio no mostraba indicios de robo. El sacerdote Alfonso López Benito, de 85 años, era hallado muerto en su piso en pleno centro de Valencia. El portero del edificio y un conocido de la víctima estaban preocupados porque el párroco no respondía las llamadas desde hacía varios días y temían que pudiera haber sufrido algún problema grave de salud. Fueron ellos los que llamaron a la policía tras encontrar el cuerpo sin vida. La casa no estaba revuelta y la puerta no había sido forzada, por lo que se sospecha que el autor del crimen es alguien conocido del cura. Además, unos días antes, el asesino habría estado utilizando el teléfono móvil del clérigo para escribir a sus conocidos y simular que estaba vivo. Al parecer, la víctima llevaba un tiempo recibiendo amenazas de un joven que llamaba a menudo al timbre de su casa. A la espera de la autopsia, la policía judicial de Valencia se encuentra a cargo de la investigación y no descarta ninguna hipótesis.