Dilawar Hussain, paquistaní de 42 años, autor confeso de los asesinatos de los hermanos Gutiérrez Ayuso. Los golpeó con un objeto similar a un martillo y calcinó sus cuerpos. Lo hizo por venganza porque nunca le devolvieron los más de 50.000 euros que les había prestado. Es lo que contó anoche cuando se presentó voluntariamente en el cuartel de Arganda. Estaba acorralado, la Guardia Civil lo buscaba porque ya había agredido con un martillo a Amelia, tres golpes en la cabeza que lo llevaron a prisión. En septiembre salió, pero tenía una orden de alejamiento de la vivienda de Morata de Tajuña donde fue el ataque y donde él había convivido con los tres hermanos en una habitación alquilada. Invirtió para ayudar a desbloquear una supuesta herencia de siete millones, el último engaño de los dos falsos militares estadounidenses con los que Amelia y Ángeles creían mantener una relación sentimental por internet. La conocida 'estafa del amor' las había arruinado; habían perdido propiedades y ahorros por un valor cercano a los 400.000 euros. Su obsesión por cobrar la herencia los llevó a pedir dinero a vecinos y prestamistas.