Es uno de los trabajos más peligrosos del mundo. Se trata de uno de los soldados encargados del desminado en la frontera entre Tailandia y Myanmar, donde un 70% de la franja está sembrada de minas como resultado después del conflicto que ha enfrentado a ambos países durante más de seis décadas. En los últimos años han fallecido más de 3.000 personas por las minas enterradas.