Este sábado ha llegado a Barcelona una original forma de disfrutar de la comida: un restaurante que a través de una plataforma sube a los comensales a 50 metros de altura.La idea surgió de unos gruístas belgas hace cuatro años. Retiraban el montaje de un concierto cuando decidieron a quedarse a cenar sobre la grúa y se les ocurrió la idea de compartir este placer. Desde entonces, han viajado a 23 países con este restaurante de altura y a ciudades como las vegas o Mónaco.