El segundo en la sucesión al trono de Inglaterra, de 25 años y que se entrena para piloto con la RAF, se limitó a dar una vuelta en torno al aeródromo de Cranwell, en el condado de Lincolnshire, informa hoy la BBC.

Guillermo dijo que para él fue una gran sorpresa cuando su instructor le dijo que estaba ya listo para tomar solo los mandos del avión.

"De pronto me encontré rodando por la pista...y me dije entonces: Dios mío, si no hay nadie más aquí dentro", agregó.

El primogénito del príncipe Carlos y la fallecida Diana de Gales estaba al mando de un avión ligero de hélices tipo Grob 115E.

"Sólo Dios sabe cómo alguien me confió el avión y mi propia vida.

Fue una sensación asombrosa. Todavía no me lo creo", explicó el príncipe.

Guillermo añadió que, una vez efectuado el despegue, "todo fue bien", pues bastaba "recordar las cosas que hay que hacer y completar el circuito".

Al aterrizar, indicó, "veía la tierra cada vez más cerca, y yo pensé: no, no voy estropearlo ahora".

El príncipe Guillermo confía en graduarse el mes de abril para cumplir su deseo de convertirse en piloto, al igual que su padre y su tío el príncipe Andrés.