La generación de la Transición creo que es de las más activas, laboriosas y comprometidas con su tiempo que se recuerdan. En estos 30 años de democracia ha habido que construir, además de los proyectos personales de vida de cada uno, un nuevo modelo de convivencia y desarrollo homologable con los países más avanzados de nuestro entorno. Casi un país nuevo. Lo hemos hecho con gusto, y con éxito. Aunque es mucho lo que queda por mejorar, lo principal ya está hecho. Gracias a la generación de la Transición, en progreso, expectativas de futuro y especialmente en Bienestar, España ya no es -¡por fin!- "diferente". Pero, queremos jubilarnos, ansiamos jubilarnos. Según un reciente y llamativo estudio de La Caixa, con lo que soñamos los españoles y las españolas de la generación que le ha quitado a España las "telarañas" de la historia es con bajarnos en marcha del "tren". Digo "en marcha" porque, entre los 50 y los 70 años ya no se está para "sopitas y buen caldo", como se suele decir, si no en plena madurez intelectual y productiva. Los avances científicos han obrado el milagro del "envejecimiento saludable". Pero, según este estudio, titulado "La Generación de la Transición: entre el trabajo y la jubilación", la mayoría de los españoles y de las españolas de 50 a 70 años no somos partidarios o partidarias de alargar nuestra vida laboral aunque la naturaleza lo permita, si no de jubilarnos cuanto antes. ¿Por qué?

Solo por cansancio me parece que no puede ser, y creo que tampoco por falta de ilusión. Toda generación aspira a ver culminada su obra y a dejar el mejor futuro posible a la siguiente, nuestros hijos e hijas. Y no hay indicador que no advierta que, simplemente para mantener los actuales niveles de progreso económico y social, haría falta que los "padres" y las "madres" de la Transición, los artífices del Estado de Bienestar que disfrutamos, prolongasen su condición de "contribuyentes" y retrasaran la de "beneficiarios" unos años más. España es mucho mejor que nunca pero aún tiene mucho que mejorar. Quienes frisamos los 60 aún podemos y tenemos mucho que decir y que aportar. Estamos en mejores condiciones físicas y mentales que nunca en la historia de seguir trabajando, y sabemos que lo necesita el país. Pero a lo que aspiramos es a jubilarnos ya. Buscando en mi propio corazón, creo saber por qué. Los españoles y las españolas de la generación de la Transición venimos de un tiempo de esfuerzo. Nos cuesta reconocernos en estos políticos de "todo a cien" y sonrisa "profidén". Queremos asegurarnos "la pensión" por si cuando "nos toque" a nosotros se ha acabado el "pastel".