Los vecinos del barrio Antona García recuperaban ayer una tradición que en los últimos años se ha ido perdiendo en el mundo rural: la matanza del cerdo.
Este acto se solía llevar a cabo a partir del mes de noviembre –de ahí la expresión “a todo cerdo le llega su san Martín”, pues el santo francés se conmemora el día 11 de este mes–, con la llegada del frío para garantizar que las bajas temperaturas ayuden a curar los chorizos, salchichones y las patas y paletas del delicioso jamón serrano.
La matanza era todo un acto social que congregaba a la familia entera para realizar las labores de sacrificio, despiece del cerdo, elaboración de los embutidos... un trabajo arduo que se vivía como una fiesta ya que garantizaba llenar la despensa para prácticamente todo un año.
En los últimos 12 años ha ido bajando el número de sacrificios domiciliarios llevados a cabo en Zamora y en toda Castilla y León. La Asociación de Vecinos Antona García ha querido recuperar una parte de esta tradición, con la celebración de una fiesta en la que no se sacrificó ningún cerdo pero sí se cocinó uno de los platos que solía alimentar a los participantes en la matanza: las chichas.
La rica pitanza la disfrutaron los vecinos del barrio, tanto socios como no socios, regada con un buen vino de Toro. Había otros productos derivados del cerdo, como cortezas, para ir abriendo boca.
Además, para enseñar a los pequeños algo que forma parte de la cultura de su tierra, se impartió una clase de cómo hacer chorizos gracias a la colaboración de Felipe, de Embutidos Fancho.
La fiesta de la matanza es el último acto del año para la Asociación de Vecinos, antes del nuevo plazo de inscripción que transcurrirá del 1 al 15 de diciembre.
También se han renovado los cargos de la asociación, siendo Lorena Pérez pesidenta, Rosa Paños tesorera, Cristina Hernández secretaria y Silvia García y Carmen Domínguez vocales.
