Un párrafo de la obra “Del sufrimiento a la paz”, escrita por el sacerdote franciscano Ignacio Larrañaga, es el punto de partida de “La distancia entre los dedos”, el tercer libro publicado por la religiosa Carmelita Descalza del convento de San José de Toro, Pilar Huerta Román.

Aunque nació en Horcajo de las Torres (Ávila), Huerta reside desde hace 39 años en Toro y, define su tercer libro como “un viaje personal o quizá un moderno camino de perfección”.

Sus dos primeras obras, “El telar de la Palabra” y “Mejor será que hilen”, se enmarcan en el género de estudios bíblicos, pero el nuevo libro de la religiosa es un relato que narra la historia del proceso personal de transformación interior de un personaje anónimo narrado en primera persona, anonimato que facilita al lector identificarse con el protagonista.

A pesar de que la hermana Carmelita leyó la obra de Larrañaga hace años, con el paso del tiempo sintió el “impulso” de crear un relato basado en el texto del sacerdote que ahora ve la luz, con la intención de que pueda “servir de espejo a quienes se acerquen a él”.

En este sentido, Huerta remarcó que su nuevo relato relato narra la historia de un “peculiar personaje que camina de montaña en montaña creyendo que la felicidad está en conquistar la cima más alta”, pero del que se apoderan el cansancio y la decepción, porque nunca llega a alcanzar la meta, en este caso, la cima más elevada.

Resaltó la autora del libro que parte de la trama responde a los encuentros con diversos personajes que, de modo encubierto, encarnan a los amigos de Job en la Biblia y que “se quedan fuera de la realidad, en lo que se llama memoria y valores colectivos”.

Además, subrayó que su nuevo libro plantea un “cambio de mentalidad” representado en un viaje que consiste, precisamente, en recorrer el camino y no en la conquista de la cima más alta.

Relacionó la religiosa el mensaje de su relato con la sociedad actual, en la que muchas personasvan de una cima a otra” para buscar una felicidad que asocian a bienes materiales como una casa o un coche, y a otros personales como tener un trabajo, una pareja e hijos o una brillante carrera.

Sin embargo, con su nueva obra, Huerta pretende mostrar que el caminante “tiene algo que descubrir y ofrecer a otros” y que “el secreto de la vida es simplemente vivir, no conquistar”.

No obstante, matizó que la reflexión que plasma en su libro no significa que no haya que marcarse metas en la vida sino “todo lo contrario” ya que, en ocasiones, aquellos que no “tienen un norte acaban a la deriva”.

De hecho, en su obra aborda el “engaño o la falacia que supone creer que la felicidad plena está en grandes logros o conquistas o en el futuro”.

La religiosa reconoció que, de manera intencionada, ha dejado “muchos hilos sueltos” en el libro para que cada lector “enhebre su aguja en el que crea más conveniente o le parezca más atractivo”.

La portada de “La distancia entre los dedos” ha sido diseñada por Leticia Ruifernández y, en el interior, la editorial San Pablo ha incluido ilustraciones que enriquecen el libro y “abren nuevos caminos de comprensión”.

Por último, Huerta deseó que su tercer libro ayude a aquellas personas para las que “la vida se ha convertido en una auténtica búsqueda”.