Reunión de representantes de la Junta y de la CHD ayer en Valladolid. | Junta

El posible manejo irregular del agua del canal Toro-Zamora, en los pagos de Monte la Reina, y los problemas de obstrucción que acarrea la presencia del hongo briozoo en puntos clave del sistema de riego, como son los filtros hidratantes, con incidencia en válvulas y contadores, son dos cuestiones que traen de cabeza a la Comunidad de Regantes.

Su presidente, Pedro Pablo Ballesteros, tiene previsto ponerlos sobre la mesa, entre otros asuntos, en la reunión solicitada por la Asociación de Comunidades de Regantes de la Cuenca del Duero (Ferduero) a la CHD para el día 25.

El uso del agua es otro enzarzamiento más que la Comunidad de Regantes mantiene actualmente en Monte la Reina, y que viene de lejos puesto que ya “en el año 2015 se levantó acta notarial de los daños” que produce la posible extracción de agua del canal al margen de la legalidad.

Se afirma que existen vaciados de terreno derivados de la extracción de áridos, convirtiendo luego estos cuencos en balsas de riego que se llenan “cuando viene en gana”. En sus observaciones sobre los pagos de Montelarreina los comuneros de esta vía fluvial consideran que las infraestructuras de riego montadas superan con creces las hectáreas con concesión, en agravio a regantes que cuentan con unos sistemas instalados acordes a dicha concesión. Se critica, al respecto, “la pasividad” de la Confederación Hidrográfica del Duero “que no tiene en cuenta los escritos que presentamos, y no ha hecho nada”.

En lo tocante a la proliferación del hongo que está afectando el correcto uso de las tuberías de riego, Ballesteros señala que se ha solicitado una reunión, a cuatro partes, con representantes de la Comunidad de Regantes del Canal Toro-Zamora, de la Sociedad Estatal de Estructuras Agrarias (Seiasa), de la Confederación Hidrográfica del Duero y del Instituto Tecnológico Agrario de la Junta de Castilla y León (Itacyl).

El agua es un recurso vital para el sector agrícola y sobre todo para una comunidad de regantes que ha realizado una importante inversión en la modernización del regadío. Ballesteros cifra, en el cómputo general, “entre un 15 y 20%” el ahorro de agua que ha tenido la comunidad este año “porque se arrancó a regar más tarde”, a finales de abril y en mayo con mayor intensidad, aunque en el verano, según precisa, “no ha llovido y se ha regado por encima de lo normal”.

Por otro lado, el Plan Hidrológico de la cuenca del Duero, con todas sus incidencias en aprovechamientos del agua, es otro asunto que está en el pleno candelero.

Ayer mismo el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero, y la presidenta de la Confederación Hidrográfica del Duero, Cristina Danés, mantuvieron una reunión, en Valladolid, “para abordar los temas importantes de presente y de futuro en materia de gestión del agua y desarrollo rural que competen a ambas administraciones” según informa la propia Junta.

Entre ellos, señalan, se habló de las actuaciones recogidas en el Plan Hidrológico actual, de las regulaciones pendientes urgentes, del tercer ciclo de planificación hidrológica (2021-2027), de la problemática de los regadíos de aguas subterráneas y de trámites administrativos vinculados a importantes zonas de regadío de Castilla y León.

Además, se determinó mantener reuniones periódicas, una vez por trimestre, para ir analizando el desarrollo y la ejecución de las políticas en materia de infraestructuras agrarias, tales como la modernización y la realización de nuevos regadíos, así como la utilización de las aguas subterráneas, máxime en este tiempo en el cual se tiene que diseñar, analizar y trabajar la conformación del nuevo Plan Hidrológico de la Demarcación del Duero.

La Junta de Castilla y León resalta que “el Desarrollo Rural y las actuaciones ligadas al recurso del agua son una de las prioridades”. Expresa que “la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural viene trabajando en la implantación de nuevos regadíos o la modernización de estos, por ser tradicionalmente una de las medidas más eficaces para la mejora de la competitividad de las explotaciones, por el valor añadido que aportan al medio rural y porque al mismo tiempo actúan como un agente contra la despoblación, cumpliendo así con los objetivos marcados por el reto demográfico”. Es algo que demuestra que “la densidad de población se multiplica por tres en zonas de regadío respecto a las de secano, además se incorporan seis veces más de jóvenes respecto a secano y si hablamos de zonas modernizadas respecto a no modernizadas, la incorporación de jóvenes es un 80 % mayor”.

La Junta asegura que “además de reducirse el consumo de agua entre un 20 % y un 25 %, hay que tener en cuenta que los costes del riego en zonas modernizadas son un 33 % menor que en las no modernizadas”.

La CHD, por su parte, considera “prioritario el uso más racional y eficiente de un recurso esencial y cada vez más escaso, como es el agua, dentro de un horizonte de incertidumbre marcado por el cambio climático”.

Tanto Junta como CHD están convencidos de que “los regadíos se constituyen como una de las medidas más eficaces para la generación de actividad, el mantenimiento de la población, generación de industria agraria y la creación de empleo en el medio rural, lo cual incide, a su vez, en el acceso al empleo de la mujer en las zonas rurales. Por todo ello, las inversiones de regadío se van a seguir considerando prioritarias en la Comunidad”. Por tanto, “para conseguir los objetivos de desarrollo perseguidos, resulta esencial la política del agua y la planificación hidrológica ha de tener presente estas cuestiones y considerarlas como objetivo primordial junto con la consecución del buen estado de las masas de agua. En el caso de la demarcación del Duero, ambos objetivos deben ser inseparables y no puede hacerse la consideración del primero sin el segundo”.