"La cuestión no es cuándo comenzamos a dibujar, sino cuándo lo dejamos de hacerlo". Esta afirmación de la pintora toresana Emma Remis es terriblemente certera. La pregunta no es cuándo nace el artista, sino cuándo decidimos cercenar la emotividad, la imaginación y la pasión infantil por aquellos avatares de la vida que nos arrojan contra la mal llamada adultez: donde el hastío y el apocamiento es virtud y la inocencia una rémora de la que corre prisa desprenderse.

-Todo comenzó con un lápiz táctil.

-Así es. Quizás antes. Siempre me gustó dibujar y en mi casa, especialmente mi madre, se preocupó por enseñarme y animarme a desarrollar esta pasión. No obstante nunca lo tomé realmente en serio. En parte porque le dedicaba muy poco tiempo y no obtenía los resultados que quería. Pero hace dos años, lo retomé gracias a una aplicación del móvil. Al principio dibujaba con el dedo y no disponía de ningún tipo de herramienta. Una amiga se percató de lo mucho que me estaba gustando y decidió regalarme su lápiz táctil; uno de los mejores regalos de mi vida.

-¿Ha recibido algún tipo de formación?

-No, solo lo que aprendí en el colegio, que no es gran cosa. Mi estilo y mi forma de dibujar los he adquirido de forma autodidacta.

-Un estilo caracterizado por el minimalismo, centrado en las figuras femeninas, donde predomina el blanco y negro y con ciertas alegorías que se repiten en diferentes piezas.

-Sí. Soy muy minimalista. Intento lograr el resultado final con el menor número de elementos posibles. Hago piezas muy delicadas, con líneas superfinas que sugieren un trabajo rápido, pero que en realidad llevan mucho trabajo detrás. En lo que respecta a los colores, suelen venir marcados por el estado de ánimo que me invada a la hora de hacer un cuadro. El color representa una emoción, a partir de esa textura cromática ejecuto tres modelos que como si de las teselas de un mosaico se tratasen componen el dibujo en su conjunto.

-¿Está asentada en este estilo o desea probar nuevas modalidades?

-Ahora que trabajo con el ipad estoy probando pinceles de óleo porque siento que con la anterior técnica ya he expresado todo lo que podía. No me he decantado por una nueva forma en la que realizar mis piezas, estoy tanteando diferentes estilos.

-¿Dibuja en físico alguna vez?

-Sí, dibujo a mano a veces. Pero prefiero el método digital porque me permite muchas posibilidades que en un papel serían imposibles

-¿A qué diferencias se refiere?

-En el digital hay un grado de detalle inalcanzable en el papel. Puedo ampliar una imagen, una opción inviable en el dibujo manual. Además, en el físico no logro un nivel técnico que otras personas sí consiguen y por lo que tanto las admiro.

-¿Qué sentimientos intenta suscitar con sus obras?

-Siempre sentimientos positivos: fuerza, superación y felicidad. Los sentimientos negativos me aterra un poco plasmarlos. Ultimamente me estoy atreviendo más.

-¿Cómo fue la experiencia de exponer por primera vez?

-Maravillosa. Tuvo una acogida increíble. Además tenía ganas de trabajar con Isabel Prieto, una joven poetisa con muchísimo talento y a la que llevaba animando desde hace mucho tiempo para hacer algo así. Además compartimos una misma visión de la realidad y del arte, siempre desde el prisma feminista.

-¿Su obra tiene una connotación reivindicativa en consonancia con el movimiento feminista?

-En mis obras aparecen las flores, que para mí representan fuerza. La gente las considera delicadas, frágiles...son superfuertes. Las flores emanan fuerza, su arduo proceso de florecimiento, que requiere de muchos cuidados, da fe de ello.

-¿La metáfora es la evolución social que ha experimentado la mujer y el movimiento feminista en las últimas décadas

-Exactamente, el crecimiento y el florecimiento de la mujer.

-¿Le gustaría exponer en Toro?

-Muchísimo. De hecho hablé con el alcalde y ya tengo una galería apalabrada para el futuro.

-¿Vivir de la pintura?

-Ojalá, sería un sueño cumplido. Mi mayor ilusión.