La Junta de Gobierno Local ha acordado iniciar el expediente de orden de ejecución para que los propietarios del palacio de Bustamante de Toro ejecuten las labores de consolidación y desescombro que precisa el histórico edificio que, el pasado mes de febrero, sufrió un derrumbe parcial. La concejala de Obras, Ruth Martín, confirmó que el inicio del expediente de orden de ejecución se ha retrasado por la ausencia de un Secretario Municipal, ya que al procedimiento es preciso incorporar un informe jurídico que avale la decisión adoptada, informe que hay que añadir a los que ya han emitido tanto el arquitecto municipal como la Comisión Territorial de Patrimonio sobre el desplome de parte del emblemático inmueble.

En este punto, Martín recordó que el hundimiento se produjo poco tiempo antes de que la entonces Secretaria Municipal solicitara su traslado, por lo que ha sido preciso esperar a que un funcionario asuma sus funciones para poder aprobar, en Junta de Gobierno Local, el inicio del expediente de la orden de ejecución, al que será incorporado el preceptivo informe jurídico. Asimismo, la concejala de Obras precisó que, una vez redactado el informe jurídico, el expediente sobre la orden de ejecución será trasladado a los propietarios del palacio de Bustamante para que "inicien los trabajos mínimos de consolidación del edificio y evitar así que pueda sufrir nuevos hundimientos". Tras la emisión de la orden de ejecución, si la propiedad no atiende el requerimiento de consolidar el palacio de Bustamante, el Ayuntamiento actuará de forma subsidiaria para evitar posibles incidentes, ya que el edificio presenta un notable deterioro. En varias ocasiones, las autoridades locales han manifestado públicamente su preocupación por la situación actual del palacio, tanto por su valor histórico y patrimonial, como porque colinda con el pabellón municipal de deportes que, a diario, acoge numerosas actividades. Esta preocupación la comparten algunos vecinos que han mostrado su malestar por el estado de abandono del palacio y el riesgo de que pueda sufrir nuevos hundimientos.

Con anterioridad al derrumbe registrado en febrero, el Ayuntamiento había requerido en varias ocasiones a los propietarios que procedieran al arreglo de la medianera y a que "cerrara los huecos" del edificio. En estos requerimientos, también advertía del estado de "abandono" del palacio que ya había originado desprendimientos previos al ocurrido en febrero, aunque no tan importantes.

Desde hace años, el palacio de Bustamante sufre un notable deterioro, estado que se ha agravado tras la paralización de las obras de rehabilitación impulsadas por el empresario que lo adquirió en 2007 para convertir el edificio en su vivienda particular, aunque posteriormente el proyecto fue modificado y adaptado para que tuviera un uso hotelero, proyecto que tampoco pudo ser materializado. La elevada inversión que precisaba la ejecución de las obras, obligó al empresario toresano a paralizar la reforma después de haber rehabilitado las cubiertas o las fachadas y, desde hace años, el palacio adolece de diversos problemas motivados por su abandono y que, hace unos meses, provocaron el desplome de parte de la construcción.

Una de las estancias del palacio de mayor valor histórico es el habitáculo que ocupó Santa Teresa de Jesús y que se localiza junto a la parte de la construcción que ha sufrido el último hundimiento. Esta habitación se distingue del resto del palacio, no solo porque una pequeña lápida en el exterior del oratorio con una inscripción así lo atestigua, sino porque el que fuera propietario del edificio en el siglo XVII, Diego de Bustamante, decidió mantener el aposento tal y como estaba cuando lo ocupó Santa Teresa de Jesús y le fue otorgado la catalogación de reliquia.